Durante el último Encuentro con la Mar, expertos procedentes del mundo académico, empresarial y tecnológico coincidieron en señalar que la transformación digital está redefiniendo la manera de diseñar, construir y mantener los buques, abriendo nuevas oportunidades de competitividad para el sector.
La inteligencia artificial, un pilar de la cuarta revolución industrial
El primero en intervenir fue Rodrigo Pérez Fernández, doctor ingeniero naval y profesor en la ETSIN de la Universidad Politécnica de Madrid, quien subrayó que la IA constituye la tecnología habilitadora más relevante de la cuarta revolución industrial. Tras realizar un recorrido histórico por las anteriores revoluciones industriales en el ámbito naval, recordó que la aplicación de nuevas tecnologías en este sector siempre ha requerido plazos largos, aunque cada vez más cortos: desde los 40 años que tardó en incorporarse la máquina de vapor, hasta los apenas cinco años que necesitó la informática con el desarrollo del primer software de diseño asistido por ordenador en España.
Pérez Fernández explicó que la IA no es un concepto nuevo —se acuñó en 1956—, pero su despliegue real se vio frenado durante décadas por la falta de capacidad de computación. Hoy, gracias a hitos como Deep Blue y al crecimiento exponencial de la potencia de cálculo, sus aplicaciones son múltiples: diseño e ingeniería naval, fabricación y mantenimiento predictivo, navegación autónoma, optimización de rutas, logística o cumplimiento medioambiental.
El profesor destacó cinco razones que hacen imprescindible la IA en la industria naval: la creciente complejidad de los proyectos, la reducción de plazos de entrega, la pérdida de conocimiento por jubilaciones, la sofisticación de las herramientas digitales y la necesidad de retener la experiencia acumulada. Además, tranquilizó a los profesionales del sector al señalar que, según la Universidad de Oxford, la ingeniería naval es una de las disciplinas con menor riesgo de automatización.
El metaverso industrial: de los planos 2D a la realidad inmersiva
La segunda ponencia corrió a cargo de Mirko Toman, Global PFD Executive de Siemens Digital Industry Software, quien presentó la evolución de la digitalización hacia un metaverso industrial. Explicó que la combinación de IA, realidad virtual y web 3.0 permite crear entornos donde visualizar y simular procesos complejos con un nivel de detalle sin precedentes.
Toman mostró ejemplos concretos de este salto tecnológico: la modelización completa del astillero de Hyundai para mejorar la producción; el uso de gafas de realidad mixta que permiten a un ingeniero modificar un diseño en tiempo real “desde dentro” de un buque; la planta virtual de baterías en Noruega, concebida para convencer a los inversores antes de construirla físicamente; o la simulación de la postura de trabajadores para analizar riesgos ergonómicos.
Según el experto, el metaverso industrial dota de “superpoderes” a ingenieros y diseñadores, al combinar modelos matemáticos con datos en tiempo real para optimizar desde una turbina hasta la ergonomía de un operario.
Interacción humano-máquina y la seguridad en la IA
El tercer turno correspondió a Víctor González, fundador y CEO de ANYVERSE, quien centró su intervención en la seguridad y fiabilidad de la inteligencia artificial. A su juicio, el gran desafío actual es que muchos sistemas de IA funcionan como “cajas negras”, difíciles de comprender y, por tanto, de controlar en situaciones críticas como la conducción autónoma o el uso de drones militares.
González señaló que el talón de Aquiles de la IA son los datos: pueden ser incompletos, sesgados o insuficientes ante fenómenos inesperados, los llamados “cisnes negros”. Además, alertó del riesgo de que la IA genere respuestas incorrectas o “alucinaciones”, y del círculo vicioso que se produce cuando se entrena con datos creados por otras IA, reduciendo progresivamente su calidad.
Como solución, defendió el uso de datos sintéticos de alta fidelidad generados mediante simulación, que permiten entrenar a los sistemas en miles de escenarios, incluso los más extremos, sin necesidad de exponer a personas o activos reales. Un ejemplo práctico es la creación de simulaciones para que los sensores internos de un automóvil detecten con precisión la somnolencia o distracciones del conductor.
La transformación digital de Navantia: de la fábrica tradicional a la factoría inteligente
El último ponente fue Pepe Torres, analista de Transformación Digital en Navantia, quien diferenció entre digitalización y transformación digital. Esta última, explicó, no consiste solo en trasladar procesos analógicos a formato digital, sino en repensarlos por completo para ganar eficiencia y mejorar la experiencia del usuario.
Torres detalló la hoja de ruta de Navantia hacia unos productos inteligentes fabricados en factorías inteligentes, basada en la identificación de tecnologías, su aplicación en producto y planta, y una gobernanza digital que integre diseño, producción y operaciones. Entre las tecnologías ya implantadas citó la analítica de datos y la IA, el Internet de las Cosas (IoT), el uso de drones para inspección, la fabricación aditiva y la robotización completa de la línea de corte y soldadura en San Fernando.
Destacó además proyectos emblemáticos como el submarino S-80, donde se emplean simulaciones y datos sintéticos para el mantenimiento, y la fragata F-110, que incorpora un gemelo digital capaz de optimizar su ciclo de vida.
El Encuentro con la Mar evidenció que la digitalización no es un concepto lejano, sino una realidad que ya está transformando la industria naval española. La inteligencia artificial, los gemelos digitales y el metaverso industrial se perfilan como herramientas indispensables para afrontar los retos de eficiencia, seguridad y competitividad que marcarán el futuro del sector.