La directora del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), la General de Brigada Loreto Gutiérrez Hurtado, ha presentado las líneas maestras de la Estrategia Nacional de Seguridad Marítima 2024, un documento que actualiza el marco de acción de España para proteger sus intereses vitales en el mar. Durante un nuevo Desayuno con el Clúster, Gutiérrez Hurtado subrayó que «España es un país marítimo» y que, por tanto, «nuestra economía y bienestar dependen en gran medida de aquello que sucede en el mar». La nueva estrategia, aprobada el 19 de marzo de 2024, es el resultado de más de un año de trabajo colaborativo entre ministerios, comunidades autónomas, expertos y el sector privado, poniendo de relieve el papel fundamental de la industria marítima para desarrollar la estrategia de seguridad. En este sentido, la directora del DSN afirmó que no concibe la seguridad nacional sin la implicación de la industria, a la que calificó de puntera en muchos ámbitos tecnológicos.
Uno de los aspectos más destacados del nuevo enfoque es la atención prestada a las amenazas híbridas, un concepto que ha cobrado especial relevancia tras la invasión de Ucrania. En este sentido, la estrategia prioriza la protección de infraestructuras críticas como los cables submarinos, por donde circula entre el 95% y el 99% de la información digital mundial, y los gasoductos. Se ha puesto en marcha un plan de vigilancia específico para estas instalaciones, reconociendo su vulnerabilidad ante posibles sabotajes.
Otra amenaza emergente abordada es la denominada «flota fantasma», compuesta por buques que operan ilegalmente para eludir sanciones, normas de seguridad o participar en actividades ilícitas. Gracias a una iniciativa española, la Organización Marítima Internacional adoptó en 2023 una resolución para actuar contra estos barcos, y a nivel nacional se han intensificado las inspecciones y el seguimiento de operaciones sospechosas en aguas del mar de Alborán y Canarias.
La estrategia se articula en torno a tres objetivos estratégicos: proteger a España en y desde el mar, mejorar las capacidades marítimas y contribuir a un océano más seguro. Para cumplir con el refuerzo de capacidades, se están llevando a cabo importantes inversiones. Recientemente se botó la fragata Bonifaz (serie F-110) y el Consejo de Ministros ha autorizado la construcción de dos nuevos Buques de Acción Marítima en los astilleros de Navantia. Además, la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera está modernizando su flota con nuevas patrulleras y drones, e implementando sistemas de Big Data e inteligencia artificial para anticipar rutas de contrabando.
En esta misma línea de esfuerzo, la Guardia Civil acaba de incorporar un nuevo buque oceánico de última generación, financiado con fondos europeos, que amplía significativamente sus capacidades de vigilancia marítima.
Coincidiendo con la General, el presidente del Clúster Marítimo Español, Javier Garat, puso en valor el papel de la industria naval en el ámbito de la defensa, destacando la estrecha colaboración público-privada como pilar fundamental, agradeciendo el «continuo apoyo y colaboración» del Departamento de Seguridad Nacional. Garat también recordó la necesidad de una estrategia española de Economía Azul a nivel nacional, ya que actualmente solo existen a nivel autonómico, una de las prioridades recogidas en el manifiesto «España en azul».
En la sesión de preguntas, Gutiérrez Hurtado abordó otras preocupaciones clave, como la creciente amenaza de los drones, que se analiza en un grupo de trabajo específico, y la necesidad de combatir la desinformación que ataca la reputación de la industria. También reconoció la falta de relevo generacional como un reto transversal en los sectores tecnológicos, instando a fomentar las vocaciones y a retener el talento. Algo en lo que el presidente del Clúster también incidió, recordando que la asociación lleva a cabo numerosas acciones para promover el atractivo sobre la economía azul en los jóvenes, entre ellas el reciente convenio con Educación Azul para fomentar vocaciones marítimas desde edades tempranas.
La estrategia no olvida los desafíos globales, como el cambio climático, promoviendo la sostenibilidad y la protección del medio marino. Con esta visión integral, España busca no solo proteger sus intereses, sino también consolidarse como un actor de seguridad global, como demuestran los despliegues de la Armada en zonas estratégicas como el Indopacífico.