Los miembros de la RSI ven una gran necesidad de nuevas construcciones ecológicas para sustituir a la envejecida flota de buques de corta eslora que operan en el comercio de carga seca a granel del Báltico y el Mar del Norte y más allá. Se prevé que muchos de estos buques lleguen al final de su vida útil en los próximos cinco a diez años. El estudio, financiado con fondos de I+D de la administración sueca de tráfico Trafikverket, pretende acelerar la transición energética en el comercio marítimo regional identificando oportunidades de renovación ecológica de la flota mediante el análisis de los sistemas de transporte y la interacción con propietarios de carga, armadores, proveedores y autoridades.
“A pesar de los grandes avances logrados en la reducción de la huella de carbono del transporte terrestre, el transporte marítimo se ha quedado rezagado, a pesar de que representa una gran parte de nuestras necesidades de transporte“, afirma Sebastian Tamm, Presidente de la RSI y Director de Sostenibilidad y Logística de EFO. “Esta iniciativa impulsada por el mercado es una gran oportunidad para compartir conocimientos, definir parámetros y normas, encontrar puntos en común y debatir posibles sinergias para determinar qué se puede conseguir en relación con las necesidades futuras del transporte marítimo“, afirma Tamm. “A través de un intercambio de conocimientos e información, los armadores podrán comprender mejor los requisitos del mercado para tomar las decisiones correctas de inversión en nuevas construcciones.”
Análisis de costes y emisiones
El estudio analizará las consecuencias de introducir nuevos buques basados en dos conceptos alternativos de buque ecológico: El concepto ECO-Bulk, diseñado para reducir al máximo las emisiones dentro de las condiciones comerciales actuales. Y también el concepto ZERO-Bulk para emisiones cero, que se espera requiera más colaboración y compromisos más largos entre las partes interesadas.
Este análisis examinará diferentes escenarios basados en los marcos comerciales existentes, así como modelos empresariales alternativos como la colaboración entre armadores y proveedores de combustible, y el apoyo a la inversión pública. También se tendrán en cuenta las nuevas normativas medioambientales, como el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión para el transporte marítimo.
Afrontar las “ineficiencias” del transporte marítimo
“Uno de los principales retos para la adopción generalizada de combustibles alternativos es la incertidumbre de los armadores sobre lo que el mercado quiere y está dispuesto a pagar durante la vida útil de un buque nuevo“, afirma Hannes von Knorring, consultor principal de DNV Maritime. “Los compradores de transporte también pueden carecer de información sobre qué opciones están disponibles, y cuáles son las consecuencias prácticas para sus cadenas de valor. Hemos empezado por mapear las rutas de transporte actuales de cada empresa participante, los volúmenes de carga, los buques empleados y los puertos para comprender los requisitos logísticos y de manipulación de la carga e identificar las áreas con mayor potencial para la renovación de la flota verde.”
Identificar las sinergias de los buques
“Ya hemos hablado de algunas posibles sinergias, por ejemplo, en el suministro de combustibles alternativos y el acceso a la energía en tierra, así como en la forma de utilizar los buques de forma más eficiente“, afirma Tamm. “Gracias a este proyecto, comprenderemos mejor las soluciones que pueden desplegarse, adaptadas a las necesidades de un amplio grupo de propietarios de cargueros. Tengo la esperanza de que en los próximos cinco años esto pueda conducir a la estandarización del tamaño de los buques en los tráficos regionales con los que se puedan satisfacer nuestras necesidades de transporte con emisiones mucho más bajas“, concluye Tamm.
Fuente:
www.dnv.com/maritime
