“Esto es la ruina total”, dicen los pescadores, que calculan que una pareja de barcos perderá 500.000 euros en las cuatro semanas de parada, mientras los ecologistas recuerdan que “si no hay una sostenibilidad medioambiental no habrá nada”

Los arrantzales que faenan en aguas francesas del Golfo de Bizkaia están estos días haciendo números y las cuentas no les salen. “Esto es una ruina”, dice Mikel Ortiz, director de la OPPAO, la Organización de Productores de Pesca de Altura de Ondarroa, una de las flotas afectadas por el parón de la pesca decretado en Francia desde el pasado lunes 22 de enero hasta el 20 de febrero para proteger a los delfines. Como ejemplo, explica que una pareja de barcos amarrados en puerto perderán del orden de 500.000 euros en estas cuatro semanas…

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