La maquinaria del naval español trabaja a marchas forzadas. Tras la decisión de Bruselas de paralizar el sistema de financiación de gran parte de los astilleros españoles, conocido como tax lease, el sector se mueve para evitar que esta investigación abra una vía de agua de “consecuencias catastróficas”. La Comisión de Competencia, comandada por el español Joaquín Almunia, ha dado por fundamentadas las quejas de varios países de la eurozona, que se han lamentado amargamente ante un sistema de amortización acelerada de los buques que, entienden, es una ayuda de Estado.
La intención del sector naval español es la de lograr un periodo transitorio que no paralice los astilleros mientras se negocia
XORNAL GALICIA, 14 Jul. (A Coruña).- El Gobierno central, empresas y sindicatos han hecho fuerza para intentar demostrar que el tax lease ni es una ayuda de Estado (state aid) ni es un procedimiento ilegal. Por ello, un grupo de inspectores de Bruselas están hoy en Madrid para analizar toda la documentación y despejar las dudas de países como Holanda o Alemania que han mellado el armazón del sector de construcción naval de España.
Así lo indicó a este diario el presidente de la Cámara de Comercio de Vigo y accionista de Hijos de J. Barreras, José García Costas, que avanzó que este encuentro es de gran “relevancia”, puesto que el sector pretende conseguir “un periodo transitorio” que no paralice la actividad de los astilleros mientras Bruselas se decide por la buena o la mala noticia. Esto es, por dictaminar si el tax lease es o no una subvención o ayuda –prohibidas en la UE– que España concede a sus empresas de construcción naval.
“La reunión de mañana [por hoy] es muy importante, ya que acudirán también los estructuradores del tax lease”, las entidades financieras que posibilitan la entrada de los inversores en este sistema de financiación de amortización acelerada. Un mecanismo que permite a los astilleros españoles competir directamente con los franceses o alemanes en tanto rebaja el coste de los buques en hasta un 30%. García Costas, que posee el 20% de Barreras y es presidente de importantes firmas del sector auxiliar del naval, incidió, en un Café de Redacción de Xornal (que se publicará íntegro el próximo domingo), que es “crucial” resolver cuanto antes esta situación.
“El Ministerio de Hacienda ha cerrado la ventanilla de tributos al tax lease”, apuntó el empresario. Al tratarse de un sistema de financiación y no de una ayuda, es directamente Hacienda y no el Ministerio de Industria quien está analizando con Bruselas esta situación. A juzgar por las palabras de García Costas, no hay muchas esperanzas en que el Ejecutivo comunitario transija, de ahí que el sector trabaje ya en la “búsqueda de un periodo transitorio”.
“De lo que se trata es de que haya un periodo transitorio para trabajar mientras no se da paso a otra fórmula asumible por Europa y que nos ponga en condiciones de competitividad parecidas” a las de países que rivalizan con España en este segmento de producción. Una especie de moratoria que abra esa ventanilla de tributos en Hacienda mientras la UE no dictamina qué otro sistema de financiación cumple con los requisitos de Competencia.
García Costas se refirió al impasse por el que tuvo que pasar Francia que, tras la denuncia de un gran astillero italiano, también vio suspendido su tax lease para la construcción de buques. “La paradoja es que la ventanilla de tributos está cerrada en España, porque no se gestiona ningún tax lease, pero en el resto de Europa está abierta”, ilustró el empresario vigués, también consejero de Novacaixagalicia (NCG).
DESMENTIDO
Asimismo, García Costas desmintió una información publicada por Faro de Vigo en la que se indicaba que Barreras y Metalships ultimaban un acuerdo para que el primero, a punto de presentar suspensión de pagos, construya un dique de 20 millones. “No es cierto que exista un compromiso”, insistió.
“Es cierto que Metalships quiere un dique y ha habido una conversación muy preliminar con Barreras”, apuntó. “Pero de ahí a hablar de cifras y de un posible contrato no hay nada de nada de nada”.