La desaparición del ARA San Juan con sus 44 tripulantes a bordo ha forzado al presidente argentino, Mauricio Macri, y a su Gobierno para que consideren aumentar los gastos destinados a defensa, incluidos los de mantenimiento y operación de los dos submarinos restantes del país. El gasto militar argentino disminuyó drásticamente después del final de la dictadura militar en el país andino en 1983.
“Macri tiene que tomar medidas contundentes para reconstruir las Fuerzas Armadas después de tres décadas de gastos de defensa muy bajos. Los submarinos serán un instrumento fundamental en ese marco “, comenta Fabián Calle, profesor de geopolítica de la Universidad Austral y la Universidad Católica de Buenos Aires.
El Gobierno se niega a comentar los planes que tiene para sus submarinos hasta que se complete la investigación del desastre del ARA San Juan.
Argentina gasta alrededor del uno por ciento de su producto interior bruto en defensa, menos que sus vecinos de Chile, Brasil o Perú.
La Marina de Perú tiene seis submarinos, la Armada de Chile tiene cuatro y la Marinha do Brasil planea aumentar su flota de cinco buques con cuatro más en los próximos años. Ecuador y Venezuela tienen dos sumergibles cada país y Colombia tiene cuatro.
“Los submarinos son una excelente arma estratégica para usar en conflictos interestatales. Afortunadamente, en nuestra región tenemos relaciones óptimas con nuestros vecinos. Pero eso puede cambiar”, asegura Calle.
Los submarinos se usan para patrullar áreas marítimas soberanas y pueden transformarse “en una amenaza letal y sorprendente para un adversario potencial”, explica la propia Armada de Chile en su sitio web.
Argentina aprendió una dura lección del valor militar de los submarinos durante la Guerra de las Malvinas de 1982, cuando un submarino británico, el HMS Conqueror, hundió el crucero ARA General Belgrano. Fue el único barco importante que Argentina perdió en la guerra por las disputadas Islas Malvinas.
En todo caso, es probable que el compromiso de Argentina con los submarinos crezca en los próximos años, dijo Omar Lamrani, analista de la consultora geopolítica con sede en Texas Stratfor.
“Después de que se redujo drásticamente el presupuesto militar al final de la Guerra de las Malvinas, Argentina se está dando cuenta de que modernizar y poner dinero en sus submarinos puede ser una forma muy rentable de mantenerse preparados para cualquier conflicto, aunque hoy por hoy sea poco probable, sin tener que romper su presupuesto al tener que adquirir una flota de superficie compuesta por buques mucho más grande”, argumenta Lamrani.
Sin embargo, ha habido desde que el San Juan desapareció el 15 de noviembre, las dudas las preguntas y las sombras no han dejado de cernirse sobre los recursos que Argentina ha dedicado a su flota submarina. Los familiares de los miembros de la tripulación del ARA San Juan han manifestado que sospechan que la capacitación y el mantenimiento del buque fueron inadecuados.
La sombra de la corrupción planea sobre las revisión de gran carena a la que fue sometido el submarino y en especial sobre todo lo relativo a la calidad y el tipo de materiales y mano de obra que se utilizó en la misma.
La Armada argentina asegura que es probable que la causa del accidente fuera la entrada de agua por una válvula averiada del ‘snorkel’ de San Juan, que causó un cortocircuito y una explosión de alguna de las baterías de proa. Este escenario podría indicar deficiencias en el mantenimiento del buque, que se examinarán como parte de la investigación que ya está en curso.
El presidente Macri afirma que el submarino estaba en perfecto estado de funcionamiento cuando se embarcó en su última misión de patrulla.
Por su parte, Siemon Wezeman, un analista del Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo, explicó que los planes para modernizar el equipamiento militar en Argentina habían sido retrasados, cancelados o reducidos en repetidas ocasiones debido a la falta de fondos.
Sin embargo, los presupuestos ajustados aumentan el argumento en favor de los submarinos, dijo Wezeman.
“Si se produce una guerra, una pequeña inversión en submarinos puede causarle a tu enemigo un gran dolor de cabeza”, explicó, llamando a estos buques “un arma extremadamente útil para los desfavorecidos en una guerra naval”.
Otra razón para mantener los submarinos argentinos operativos es que si un país los abandona, es lento y costoso volver a comenzar desde cero.
“Son el único barco que debe hundirse”. Por lo tanto, necesitan un tipo de entrenamiento completamente diferente y altamente especializado que solo se puede mantener a través de la práctica “, concluyó Wezeman.
Fuente: diariodenautica
http://www.diariodenautica.com/argentina-continuara-su-programa-para-dotarse-de-submarinos-a-pesar-del-desastre-del-san-juan
