sectormaritimo.- Aún se desconoce el nombre del primer nuevo buque de investigación de los EEUU de una serie de tres que ayudarán a comprender mejor el lecho submarino de las costas este y oeste de Estados Unidos y de Canadá. Su entrega está prevista para 2021.

Una de las fallas más populares es la de San Andrés, sin embargo, a los científicos estadounidenses les preocupa más la falla de Cascadia, situada un poco más al norte de la de San Andrés. La falla de Cascadia será estudiada con lo último en tecnología gracias a la incorporación de los nuevos buques de investigación académica de los EEUU.

A mediados del pasado mes de julio, Gulf Island Fabrication, Inc., a través de su filial Gulf Island Shipyard LLC., se hacían con el contrato para la construcción de un buque de investigación de actuación regional para la Universidad del Estado de Oregon (OSU) y que incluía una opción para la construcción de dos unidades más. Este contrato está financiado por la National Science Foundation (NSF) con 121,88 M$ (aprox. 105 M€).

Se trata de un buque de investigación multidisciplinar, de aproximadamente 59 m de eslora y 12,5 m de manga, que se construirá en Houma (Luisiana) se entregará a su armador durante el cuarto trimestre de 2020. Clasificado bajo ABS tendrá la notación Clase Hielo C0 y tendrá posicionamiento dinámico DPS-1, certificado Green-Marine, notación Silent Class (buque silencioso), capacidad para 13 tripulantes y 16 científicos.

En 2013 la NSF eligió a la OSU para que liderase este proyecto y eligiese al astillero. En caso de construirse los tres buques la cuantía con la que financiará este proyecto ascendería hasta los 365 M$ (314 M€ aprox.)

Aunque el programa de construcción no fue bien admitido por el Congreso, el Senado respaldó por unanimidad este proyecto cuya puesta de quilla se espera para 2018 y su entrega para 2020 y realizará misiones de investigación por la costa oeste y a Alaska en otoño de 2021.

Efectivamente, las pruebas llevarán todo un año, según comenta Demian Bailey de la OSU y codirector de este proyecto, ya que han de probarse todos los sistemas interconectados de abordo, la instrumentación científica, el sistema de mapeo acústico multihaz del lecho marino (para aguas medias y someras), la capacidad de recolección, procesamiento y transferencia de datos de las muestras recogidas, amplia cubierta de trabajo a popa, etc. Su vida útil se estima en 40 años y se convertirán en los buques más avanzados del país.

La NSF comenzará ahora una selección de las instituciones que explotarán la segunda y tercera unidad de esta serie.

La construcción de estas nuevas unidades renovará la envejecida flota de investigación académica de los EEUU Contarán con la certificación de la UNOLS (University-National Oceanographic Laboratory System) que coordina las misiones de investigación de la NSF, la Armada y otras instituciones.

Estos nuevos buques llevarán a cabo el mapeo de los fondos marinos de la costa oeste para comprender la estructura geológica o comprender la formación de la falla de Cascadia, más temida en EEUU que la más popular, la falla de San Andrés.

Floraciones de algas, cambios en la química del océano o la interacción entre el mar y la atmósfera serán objetivos primordiales de los sensores de estos buques. El paquete de comunicaciones instalados a bordo tendrán conexión satelital con gran ancho de banda para la transferencia de datos y vídeos al personal científico terrestre en tiempo real. También tendrán capacidad para desplegar ROVs y UAVs.

La velocidad de crucero será de 11,5 nudos y autonomía de 7.000 millas o 21 días. La optimización de sus formas, la instalación de sistemas de recuperación de calor, el uso de luces LED y la instalación de variadores de velocidad le convertirán en un buque respetuoso con el medio ambiente. Glosten fue la compañía de ingeniería y diseño seleccionada por la OSU para el diseño de este nuevo buque de investigación multidisciplinar y la coordinación de su construcción.

Este buque contará con un sistema de propulsión diésel eléctrico Siemens Blue Drive PLUSC. Además Siemens suministrará los propulsores, el sistema de posicionamiento dinámico, el sistema integrado de control de potencia y energía, grupos electrógenos, cuadros de distribución, sensores a bordo para el monitoreo, entre otros sistemas, y realizará proyectos de gestión, integración de sistemas, estudios de ingeniería para ayudar en la puesta en marcha hasta las pruebas de mar y entrega.

La OSU operaba desde 1975 el buque de investigación Wecoma de 56 m de eslora. Fue retirado en 2012 y tomó el relevo su gemelo, el Oceanus. El nuevo buque reemplazará a esta última unidad.

Fuente: sectormaritimo

El nuevo buque de investigación de los EE.UU.

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