El pasado 3 de febrero tuvo lugar un nuevo Desayuno con el Clúster con D. Ramón Escolano, vicepresidente y miembro del Comité de Dirección del Banco Europeo de Inversiones (BEI), en el Hotel Ritz de Madrid. Bajo el título El Banco Europeo de Inversiones (BEI), el encuentro sirvió de marco para conocer la actividad desarrollada por la entidad, así como sus posibilidades y proyección futura. Una actividad en clara fase expansiva, ya que según afirmó el invitado, “en este momento el Banco está en una fase clara de crecimiento y de ampliación. La actividad está creciendo cada vez más en volumen y en la complejidad de los instrumentos utilizados en la estructuración de las operaciones”.
En este sentido, Federico Esteve, presidente de Honor del Clúster Marítimo Español (CME), resaltó la importancia del BEI en Europa, poniendo de manifiesto su crecimiento en los últimos años, financiando casi 12.000 millones de euros anuales. “Una cantidad de la que nuestro país se ha visto especialmente favorecida, ya que España ha sido durante más de una década el principal destinatario de su financiación”, indicó Esteve.
Por otro lado, hizo hincapié en la puesta en marcha del Plan Juncker, un nuevo mecanismo de garantía europea, con un presupuesto total de 750 millones de euros, que, entre otras cosas, financiará proyectos de construcción naval, conversión y modernización de buques; que respeten el transporte sostenible y la protección del medio ambiente.
“En este sentido el BEI ha firmado ya con Société Générale un acuerdo marco para apoyar proyectos de construcción naval que promuevan el transporte sostenible y la protección del medio ambiente”.
Tras su introducción, el presidente de Honor del Clúster Marítimo Español dio la palabra a Román Escolano, vicepresidente y miembro del Comité de Dirección del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que explicó los diferentes objetivos y líneas de actuación del Banco.
Tradición y crecimiento
Durante su intervención, Escolano quiso destacar que el BEI financió el pasado año un total de 75.000 millones de euros, en torno a 6.000 millones de euros al mes, siendo el principal banco multilateral del mundo. “El banco financia alrededor de unos 500 proyectos al año, en 160 países. Tiene su sede en Luxemburgo y cuenta con unos 3.000 empleados. Se trata de un banco fundado por ingenieros y de ahí surge una tradición de evaluación y de cuidado en el análisis de los préstamos”. Especificó que el BEI es un banco inversor en proyectos, diferenciándolo de otras entidades como el Banco Mundial, porque el BEI no presta a estados, ni fomenta políticas del desarrollo, ni financia deuda. Así mismo quiso diferenciarlo también de otros instrumentos de financiación de la Unión Europea, como los fondos FEDER, el BEI “lo que hace es invertir en proyectos concretos”, sentenció Escolano.
De la misma forma, aseguró que se trata de un modelo de negocio sólido, mantenido durante mucho tiempo y en condiciones distintas, experimentando un crecimiento constante, especialmente durante la crisis financiera.
“Detrás de este crecimiento hay una voluntad deliberada de utilizar una palanca de integración económica para facilitar el mantenimiento de las inversiones a lo largo de un periodo que ha sido decisivo. En este momento el Banco está en una fase clara de crecimiento y de ampliación. La actividad está creciendo cada vez más en volumen y en la complejidad de los instrumentos utilizados en la estructuración de las operaciones”.
Un banco de proyectos
Tal y como puntualizó su vicepresidente, el BEI es un banco de proyectos, alrededor de los cuales se desarrolla toda su actividad. Fundamentalmente, estos proyectos se centran en la pequeña y mediana empresa, medio ambiente, innovación e infraestructuras y transportes. En estos momentos, “la financiación a las Pymes es la prioridad de inversión”, sentenció Escolano.
Por áreas, el BEI invierte ahora mismo en cuatro grandes grupos, de los que destacó el medio ambiente y, muy especialmente, las infraestructuras, de las que tanto se ha beneficiado España. En este sentido, Escolano aseguró que no hay ningún gran proyecto en los últimos años en el que el BEI no haya estado presente de alguna manera. Así mismo, matizó que las infraestructuras de transporte han sido tradicionalmente clave. En el caso español hizo referencia al sector naval, indicando que en los últimos años, alrededor de 700.000 millones de euros han sido invertidos en las infraestructuras portuarias de España. Aprovechó aquí para destacar algunos proyectos concretos relacionados con los accesos ferroviarios al puerto.
Acción exterior
Por otro lado, recalcó que el BEI también financia proyectos fuera del marco de la Unión Europea, “algo que no es muy conocido”, pero lo hace porque “el BEI entiende que debe ayudar a financiar el conjunto de políticas europeas llevadas a cabo en el exterior como acción climática, ayuda al desarrollo, etc. En este sentido, Turquía es el principal país receptor de esta financiación, seguido del Magreb y América Latina. Aproximadamente el 10 % de la financiación se realiza fuera de la Unión Europea”, explicó Escolano.
Dentro de sus principales características subrayó su financiación a largo plazo, su carácter triple A y su efecto catalizador sobre las inversiones privadas.
Plan Juncker
Por último, Escolano hizo referencia al Plan Juncker, una iniciativa tomada en 2014 por la nueva Comisión Europea, para cubrir la capacidad del sistema financiero para asumir riesgos por diversos motivos como la fragilidad del sector bancario, cambios regulatorios, etc.
“Se estima que a través del presupuesto comunitario se puede compensar de alguna forma esa falta de capacidad de asunción de riesgos y que el BEI puede tener una capacidad no despreciable de cubrir ese riesgo. La forma de hacerlo es mediante un sistema de blending, una mezcla de recursos presupuestarios y capacidad de financiación”.
Según el vicepresidente del BEI, se trata de que con 20.000 millones de garantía del presupuesto comunitario el BEI pueda acelerar en un periodo de tres años 60.000 millones de operaciones nuevas, adicionales a las ya existentes, con características especiales.
“Esto quiere decir, que a partir de 2014, el BEI puede situarse en cada uno de los proyectos asumiendo mucho más riesgo y, por lo tanto, produciéndose un empuje de la inversión privada”.
Aprobado el 1 de enero de 2016, pero en funcionamiento desde el verano de 2015, dicho Plan está evolucionando de forma satisfactoria, estando entorno al 52 % de la inversión movilizada.
Desde el punto de vista de los Estados miembros, los Estados grandes son los que están teniendo una mayor participación. Atendiendo al PIB, España está siendo uno de los principales países receptores; también los países Bajos, los países de este; y en el ámbito del sur de Europa también está habiendo resultado relativamente satisfactorios.
“El volumen y la capacidad de financiación de este Plan no es muy conocido por la opinión pública, pero resulta un instrumento extraordinariamente potente al servicio de la economía europea, con una paleta muy importante de productos y de capacidad de financiación; y con la bondad de asumir mayor capacidad de riesgo e innovación del producto, muy importante y muy acelerada en los últimos dos años”.
Preocupación por el Brexit
Llegado el turno de preguntas, los asistentes mostraron cierta preocupación e interés por el impacto del Brexit, a lo que Escolano sólo podía aportar cifras que son públicas. En este sentido, aclaró que el Reino Unido aporta el 19% del BEI. Sobre la cartera total de pedidos de financiación del BEI, cifrada en 500.000 millones de euros, el Reino Unido es perceptor de 40.000 millones, que si bien no es la más alta, sí que le sitúa todos los años en el tercer o cuarto puesto del ránking. El vicepresidente del BEI aprovechó para afirmar que España es el primer país, con una cartera de 95.000 millones en financiación.
Preguntado también por la posibilidad de financiar proyectos en el ámbito militar, Escolano dejó claro que el BEI no puede hacerlo, ya que está excluido de su ámbito de financiación. No obstante, aclaró que eso es lo que ocurre hoy, pero es consciente de que la financiación de la seguridad en toda Europa es un tema de debate, presente en la política de defensa común, por lo que en el futuro esta política del BEI podría cambiar.