Vigo recibió ayer la visita de 3.800 turistas británicos que llegaron a primera hora de la mañana a bordo del crucero “Britannia” de la P&O, el mayor construido hasta la fecha por Reino Unido, que fue bautizado hace solo un mes por la reina Isabel II y que hacía su primera escala en Vigo. Mil pasajeros se habían apuntado a excursiones fuera de Vigo y el resto llenaron calles, terrazas y tiendas hasta las cinco y media de la tarde cuando zarpaban hacia Southampton. Este crucero recalará otras cuatro veces más este año en Vigo, pero ayer era el estreno y las autoridades lo acogieron con todos los honores. El año pasado cien mil cruceristas británicos visitaron la ciudad, que está entre sus destinos favoritos.
Además de una cuidada decoración con camelias y globos azules y rojos y con carteles de bienvenida en la Estación Marítima, que el capitán del “Britannia”, Paul Brown, no había visto en ninguna otra escala, también se izó la bandera británica en los jardines del cable inglés y se celebró un intercambio de metopas. El capitán recibió una placa del presidente de la Autoridad Portuaria, Ignacio López Chaves, y otra del jefe de Operaciones de la Comisaría de Policía de Vigo, Feliciano González, con un grabado de las anclas de la batalla de Rande. Al acto, que tuvo como maestro de ceremonias al director de Pérez y Cía, Ramiro Cobo, acudió la cónsul honoraria del Reino Unido. María García de la Concha, el capitán de la Guardia Civil del puerto y el aeropuerto de Vigo,los responsables de Salvamento Marítimo en Vigo, entre otras personas que hicieron un recorrido por este barco de 330 metros de eslora.
A las once y media de la mañana de ayer había pasajeros comiendo y otros desayunando en los comedores del barco, otros que se bañaban en una de las cuatro piscinas del barco y tomaban el poco sol que calentaba ayer la ciudad, mientras otras estancias de ocio permanecían vacías como un teatro con 920 butacas en el que conocidos artistas ingleses organizan shows por la noche, el casino o las salas de fiesta como The Live Lounge donde estaba previsto que subiesen al escenario imitadores de cantantes de los años 80. En las paredes del buque, con ascensores que llevan a la planta 17, luce una muestra interesante de cuadros y en el pasillo más próximo a la entrada está el retrato de la Reina de Inglaterra. El barco es territorio británico, con precios en libras en los menús y un periódico que resume la prensa del país, pero es también es un lugar cosmopolita.