Su destino será la terminal de Melkoya, de la petrolera noruega Statoil. Tendrán que operar en ámbientes gélidos de hasta 20 grados bajo cero, por lo que su configuración será especialmente exigente y orientada a proteger de la intemperie a sus tripulantes y equipos. Los remolcadores contarán con un tiro máximo a punto fijo de 100 toneladas y una capacidad escort de hasta 155 toneladas a 10 nudos, gracias a los más de 8.000 caballos de vapor de potencia que generarán sus motores duales consumiendo gas LNG o diésel.
No es la primera vez que la armadora, una de las principales del ‘offshore’ noruego, encarga pedidos al astillero asentado en el concejo de Castropol. El diseño de los nuevos remocaldores es del canadiense Robert Allan.
El astillero asturiano se caracteriza por su capacidad para construir cualquier tipo de embarcación. Su presidente, Álvaro Platero, había manifestado días atrás su preocupación por el impacto que la bajada del precio del petróleo podría tener en su actividad, dada su vinculación con países como Noruega, muy dependientes de la explotación y exportación de hidrocarburos y recursos mineros y que están no solo reestructurando yacimientos e instalaciones, sino revisando pedidos a proveedores y dando carpetazo a nuevos proyectos. El astillero ha fabricado algunos de los grandes barcos que usan las petroleras, pero según manifestó Platero, la solución para capear la nueva cotización del crudo pasa por apostar por áreas de negocio menos expuestas a sus vaivenes y en las que también tienen experiencia, como la de los remolcadores que acaba de contratar.
El nuevo pedido se suma a los tres que firmó el astillero a lo largo de 2014. El último de los contratos se había firmado en julio. Fue con la Guardia Civil, para la construcción de dos patrulleras que se entregarán previsiblemente este verano. Irán equipadas con un radar para detección en un radio de más de 96 millas y se construirán en Vegadeo.