En la mañana de ayer, nueve botes de Algeciras y uno de Barbate tuvieron que volver a puerto barbateño ante las amenazas de los marineros marroquíes. Estos insultaron a los tripulantes de los palangreros que venían desde aguas gaditanas y les desafiaron a que echaran las boyas al agua. Si esto ocurría, aseguraron, los magrebíes estaban preparados para cortar todas las redes. Ante el panorama difícil, los barcos dieron media vuelta a primera hora de la mañana y esperaron a la tarde. La flota marroquí no acude a faenar por las tardes, tampoco lo hacen los viernes por motivos religiosos. Por ello, los barcos que sufrieron el percance decidieron hacer la noche de ayer a hoy en el caladero de Marruecos y aprovechar, por fin, los beneficios ansiados estos tres años.
Además, también coincidieron varias fuentes en señalar la pasividad de una patrulla marroquí que velaba por la convivencia entre las dos flotas y que, tal como apuntan, a la llegada de los españoles no verificaron adecuadamente que no se produjeran incidentes.
Los barcos retornaron a Marruecos tras el mediodía aunque la situación continúa en una calmada tensión que puede dormir en paz o estallar en tempestad en cualquier momento, dependiendo de la efectividad de las actuaciones gubernativas. “Según nos comentan, Marruecos va a ser contundente”, afirmó Tomás Pacheco, presidente de la Asociación Barbateña de Empresarios de Pesca. Este último testificó que los magrebíes detuvieron a un barco reincidente.
“Hoy -por ayer- no nos han dejado pescar. Han dicho que se van a defender con uñas y dientes”, comentó Domingo Pacheco, armador del Chipiona I, que decidió quedarse en aguas del Estrecho pese a cumplir los requisitos para estar en el banco de Majuán. “Aquí en el caladero español se cogen 500 kilos y es más tranquilo. Si hubiera ido allí tampoco pesco siquiera, sin garantías ninguna no se puede pescar”, confesó frustrado. Una decisión que podrían tomar de aquí en adelante otros buques al estimar que no tienen certificada la protección. Una seguridad que desde las administraciones aseveran que está respaldada por los últimos diálogos.
Las esperadas licencias ahora dan que hablar, en cierto modo, porque incluso algunos marineros barajan la opción de devolverlas en el caso de que las condiciones no mejoren. “Nos quedamos la licencias pero como surja cualquier cosa la devolvemos”, atestiguó sin ambages Luis Beltrán, armador del Raquel y Sheila, uno de los palangreros afectados por el sabotaje.
Casi todas las fuentes del sector consultadas coinciden en que si todavía no ha ocurrido una desgracia en altamar es porque en ningún momento han entrado en las provocaciones de los norteafricanos. “No nos dejaron trabajar, nos dijeron que nos iban a cortar las boyas si echábamos el palangre”, relató cariacontencido ayer por la tarde, desde el caladero marroquí, Luis. Al mismo tiempo que dijo, al ser preguntado sobre la faena, que “ahora mismo no estamos teniendo porque no están ellos”. Los palangreros pernoctarán en aguas del reino alauí ante la circunstancia de que hoy no faena la flota local y no se producirán los percances de los últimos días. “Pescar por la tarde siempre no se puede porque no coincide la marea”, apostilló el pescador.