En la antigua Bazán le será colocada una nueva planta de procesado para transformarlo en un buque de pruebas de pozos en el Golfo de México para la petrolera mexicana Pemex.
El director de la división de Reparaciones de Navantia Fene-Ferrol, Miguel Rodríguez Lorenzo, subrayó la importancia de este proyecto, que calificó de «un reto tecnológico ya que se inicia el camino de un nuevo modelo para el desarrollo y transformación de barcos especializados en plantas de proceso».
La compañía pública ha informado de que el proyecto de adaptación consiste en la instalación en la cubierta principal de una planta de proceso que recibe la producción de un pozo petrolífero para analizar el caudal y calidad del crudo obtenido, realizar la separación de las fases y recoger el sobrante de acuerdo con la nueva normativa medioambiental recientemente aprobada para la prospección de pozos petrolíferos en el Golfo de México.
Generará trabajos de montaje de equipos, fabricación y montaje de tubería, trabajos eléctricos, instrumentación y control, finalización mecánica, integración y tareas previas a la puesta en servicio.
Cinco meses de trabajo
El encargo supone 150.000 horas de trabajo lo que, según fuentes del sector, reportará cinco meses de trabajo para unos 200 operarios.
La empresa pública entiende que esta obra le puede abrir nuevas puertas en el mercado del sector y le sitúa en «una posición ventajosa para optar a futuros contratos de transformación o construcción de este tipo de barcos, innovadores en el mercado».
