En su declaración del pasado 27 de marzo, Aguirre explicó que en el caso de Filipinas, el concurso está abierto y la empresa ha presentado toda la documentación. De resultar ganador, las dos fragatas que busca la Marina filipina se fabricarían en las instalaciones de Navantia.
Por su parte, en el caso de Perú, el proceso aún no ha arrancado y el país suramericano está interesado el diseño de las fragatas, que bien podían ser basadas en el modelo de las F-100 y F-310 o de los patrulleros de altura que fabrican los astilleros en la bahía de Cádiz para Venezuela.
En Filipinas, el Gobierno español ha reforzado recientemente las acciones comerciales de Navantia con una visita en la que ha participado el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, junto a ejecutivos de la empresa.
Aunque los concursos internacionales tienen un periodo de maduración largo –la media es de cinco años- los procesos previstos para Perú y Filipinas podrían resolverse este mismo ejercicio, según apuntaron fuentes del sector.
Realidades concretas
Aguirre afirmó que la carga de trabajo tanto actual como futura de los astilleros públicos Navantia tiene ahora “realidades concretas”.
“Si en aquel momento reconocí que Navantia era la gran prioridad del Grupo SEPI ya que presentaba tensiones en la relación patrimonio neto-capital social con una cartera de pedidos repleta de incertidumbres, la realidad ahora es bien diferente”, dijo Aguirre en relación con lo que declaró en octubre pasado en relación con esta empresa.
“Hoy puedo afirmar que la cartera de pedidos tiene realidades concretas como el flotel, el quinto gasero o el anuncio del Gobierno de financiar barcos grises, y que dicha contratación tendrá un efecto positivo sobre la tesorería, lo que confirmará que la anunciada tensión patrimonio neto-capital social comienza a mejorar”, ha advertido.
El presidente de la SEPI se ha servido como prueba de la mejora de la cartera de pedidos que supondrán los programas del flotel, el gasero o el barco gris ya citados, además de los efectos positivos que tendrán la ejecución de los contratos del LHD y las cuatro lanchas de desembarco LCM para Turquía; el mantenimiento de los cuatro destructores DDG 51 para la Armada de Estados Unidos; la modernización de dos buques anfibios para la Marina de Argelia; o las labores de apoyo al ciclo de vida de las fragatas construidas para la Marina Noruega.
Alta ocupación en reparaciones
A todo esto habría que unir -ha añadido-, “el sobresaliente trabajo del sector de Reparaciones de Navantia en un total de 130 buques, con una contratación de 210 millones de euros en el último año y un grado de ocupación de más del 90 %”.
Asimismo, de cara al futuro, Aguirre ha resaltado “el enorme esfuerzo realizado en las operaciones comerciales con más de 137 ofertas en 32 países y las opciones que tiene Navantia en contratos como la construcción de cuatro corbetas para Catar; varios buques para Perú; dos AOR (buques logísticos tipo Cantabria) para la Marina de Australia o dos fragatas para Filipinas.
“Como les he dicho anteriormente los desequilibrios financieros tienden a corregirse y la escasez de pedidos ha tornado en un buen número de contrataciones reales”, agregó.
Aguirre ha destacado además el acuerdo alcanzando con los sindicatos en el ámbito laboral para avanzar y mejorar en un marco laboral más flexible, moderno y austero
http://www.infodefensa.com/es/2014/04/01/noticia-navantia.html