Se estima que estas medidas comiencen a aplicarse a partir del 1 de enero de 2018
CME, 05 Jul. (Bruselas).- La nueva normativa obliga a los propietarios de los buques de gran tamaño a supervisar y notificar las emisiones anuales de dióxido de carbono. También se les exigirá que proporcionen otros datos, como los destinados a determinar la eficiencia energética del buque. Los navíos deberán llevar a bordo un documento de conformidad, que será objeto de inspección por parte de las autoridades de los Estados Miembros.
Se estima que estas medidas comiencen a aplicarse a partir del 1 de enero de 2018, y afectarán a aquellos buques que superen las 5.000 toneladas de registro bruto y que utilicen los puertos de la UE, independientemente de dónde estén matriculados.
El sistema, además de buscar la reducción de CO2, reduce la carga administrativa de las empresas y los costes netos de los armadores en torno a unos 1.200 millones de euros anuales de aquí a 2030. Se pretende así sentar las bases de un sistema mundial con normas comunes de eficiencia energética para los buques, tal y como propone Estados Unidos.
El Parlamento Europeo y el Consejo deberán examinar y aprobar la propuesta para que pueda convertirse en acto jurídico.