El Gobierno, obligado por la crisis y los recortes, aplica las sinergias del mundo empresarial al Ministerio de Defensa y a uno de sus principales contratistas: Navantia, la empresa nacional de construcción de barcos. Un BAM (buque de acción marítima), el último modelo de navío de guerra incorporado a la Armada y destinado a operaciones, recorre ahora países del Golfo Pérsico y seguirá después por la costa africana una vez cumplido su periodo de despliegue en la misión Atalanta, de lucha contra la piratería en aguas del Índico.
Tocará todos los puertos de las naciones que han mostrado o pueden mostrar algún interés en adquirir el BAM: Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos
ELCONFIDENCIAL.com, 23 Nov. (Madrid).- Toca o tocará todos los puertos de las naciones que han mostrado o pueden mostrar algún interés en adquirir el BAM: Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos para empezar.
Diseñados para operaciones de control y vigilancia del mar en “escenarios de baja intensidad”, los BAM se incluyen en la categoría de ‘patrulleros’ por su versatilidad, pero no por su tamaño. Con 93 metros de eslora y un desplazamiento de 2.621 toneladas, pueden operar a 3.500 millas de sus bases. Sus cometidos específicos son el control del tráfico marítimo de mercancías peligrosas y armas, la protección de mercantes, ‘inteligencia’ (espionaje) y la protección contra ataques terroristas y de piratería.
De los cuatro buques de acción marítima que Navantia ha construido para la Armada, el ‘Relámpago’ es el que ha estado desde el pasado verano desplegado en la Operación Atalanta, que la Unión Europea desarrolla en aguas del Índico para combatir a las bandas de piratas que tienen sus bases en Somalia. En el estado mayor de la Armada se declaran plenamente satisfechos con el estreno del BAM en la zona de conflicto y asumen con naturalidad que al patrullero le toca a partir de diciembre y hasta el mes de febrero “actividades de representación” antes de volver a su base, en Canarias.
Las características de los BAM encajan en las necesidades de los países de la zona y varios se han interesado en adquirirlos. La Armada entra en liza y aprovecha la presencia y el viaje de vuelta de Atalanta hasta España para exhibir el último modelo de los astilleros españoles. El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, ha hecho varias visitas previas a la zona, y los directivos de Navantia también se desplazan a los puertos donde atraca el ‘Relámpago’.
Esta misma semana el ‘Relámpago’ hizo escala en Doha (Qatar) “para reforzar las relaciones institucionales entre ambos países” y también para “mostrar uno de los últimos productos militares fabricados por la industria naval española”, según informó la Armada. Una delegación técnica catarí visitó el buque de la mano de responsables de Navantia. Las siguientes escalas para el BAM español son Jubali (Arabia Saudí) y Emiratos Árabes Unidos.
Después de la Operación Atalanta en el Golfo Pérsico, el ‘Relámpago’ tiene previsto participar en los ejercicios ‘Ferocious Falcon’ que dirige la Marina catarí. A continuación, completará su periplo dirigiéndose al sur del continente africano, donde se desplegará durante casi dos meses. Desde Suráfrica ‘subirá’ por la costa hasta su base en Canarias. El Gobierno español está interesado y preocupado por lo que ocurre en el Golfo de Guinea, zona que amenaza con convertirse en una segunda Somalia por las infiltraciones del terrorismo islamista y los focos de piratería al alza. Cuando el ‘Relámpago’ atraque en Las Palmas llevará medio año en el mar.
La Armada necesita modernizarse con los BAM, los astilleros de Navantia en Cádiz que los construyen necesitan carga de trabajo, y Navantia necesita que la Armada ‘exhiba’ sus barcos ante las Marinas de otros países porque sólo se venden los barcos que están en servicio y cumplen la satisfacción en las Armadas de los países que los construyen. Esa es la doctrina asentada tanto en Defensa como en Navantia y de ahí las instrucciones del Gobierno para que se coordinen en toda actividad exterior.