Desde hace una década científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), estudian la puesta del atún rojo, así como la distribución y supervivencia de sus larvas en relación a las características físicas del medio en aguas del mar Balear. Gracias a la información y experiencia acumuladas se ha iniciado recientemente una nueva fase, contando con el apoyo del CSIC y el SOCIB, cuyo objetivo es diseñar modelos capaces de predecir, a través de información vía satélite, dónde pondrán los atunes y con qué éxito se desarrollarán sus larvas
Se trabaja en un modelo capaz de predecir vía satélite la zona de puesta y la supervivencia de las larvas de los túnidos
IEO, Madrid.- Como primera acción en el marco de este nuevo proyecto, gracias a la cesión por parte de la empresa Balfegó Group de uno de sus barcos, y aprovechando la presencia en la zona de jaulas flotantes donde se transfieren vivos los reproductores capturados, entre el 18 y 23 de junio científicos del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO, contando con el apoyo logístico de investigadores del CSIC y el SOCIB, han llevado a cabo una campaña de investigación sobre los procesos de dispersión que afectan a las larvas desde su eclosión.
En ella se determinaron las tasas diarias de mortalidad larvaria en función de parámetros ambientales y se caracterizó el hábitat de puesta del atún. Estos datos permiten mejorar la parametrización de modelos capaces de predecir, a través de información vía satélite, dónde pondrán los atunes y cómo se desarrollarán sus larvas, unas herramientas de incalculable valor para el diseño e implementación de medidas de gestión que contribuyan a la explotación sostenible de este recurso.
El estudio se ha centrado en el seguimiento de las puestas realizadas por un grupo de unos 1000 atunes capturados durante esta temporada de pesca, y ubicados en una jaula
situada al sur de la isla de Formentera, donde empezaron a realizar puestas a principios de junio.
Durante la campaña se ha muestreado intensivamente y de forma sistemática la zona alrededor de dicha jaula, y también, tomando como referencia una boya localizable vía satélite, lanzada junto a la jaula en el momento en que se constató mediante grabación submarina que los atunes estaban poniendo, se ha muestreado la masa de agua en la que deberían encontrarse la cohorte de larvas originada en esa puesta.
Independientemente de los resultados que finalmente obtengan, la mera realización de esta campaña, por su complejidad organizativa, supone en sí misma un importante avance. Ha supuesto la puesta en marcha de un sistema de recopilación y generación de información hidrográfica en tiempo casi real. Se utilizaron imágenes satélite de temperaturas superficiales, mapas de salinidad y corrientes superficiales, proporcionados por parte de investigadores del TMOOS (grupo de Tecnología marina y Oceanografía Operacional y Sostenibilidad del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, centro de investigación mixto de la Universidad de las Islas Baleares y el CSIC), que fueron periódicamente transmitidos vía satélite al equipo del Instituto Español de Oceanografía que se encontraba realizando la campaña en el mar, y que la ha utilizado para ir adaptando la estrategia de muestreo.
Tanto en las estaciones definidas a priori como en las definidas in situ durante la campaña se han llevado a cabo las correspondientes prospecciones de ictioplancton, y se ha realizado un primer análisis de las muestras para la identificación, separación y conservación de larvas de túnidos en diversos medios en función del tipo de análisis que se les va a realizar a posteriori, como por ejemplo la criogenización para el análisis isotópico que permiten determinar su espectro de alimentación.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) es un organismo público de investigación (OPI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino. El
IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por seis buques oceanográficos, entre los que destaca el Cornide de Saavedra, de 1.100 toneladas de desplazamiento y 68 m de eslora.