El buque de aprovisionamiento en combate (BAC) Patiño estará hoy amarrado, si no hay contratiempos, a las diez de la mañana en la base naval de A Graña tras culminar su misión como unidad de mando de la operación Atalanta contra la piratería en el Índico. Zarpó a finales de noviembre de la urbe naval y se mantuvo en la zona de operaciones desde el 3 de diciembre hasta el 9 de abril, llevando a bordo a un total de 215 personas (190 hombres y 25 mujeres). Un amplio período de tiempo en el que la dotación del buque ferrolano desarrolló una intensa actividad en diferentes ámbitos.
La unidad, que regresa hoy, recopiló datos sobre campamentos en tierra
Ha realizado dos auxilios a pequeños mercantes en situación de emergencia al encontrarse, por diferentes motivos, a la deriva. Y sus helicópteros realizaron cerca de doscientos vuelos de inspección que, en muchos casos, han servido para recopilar información sobre los asentamientos piratas en la costa de Somalia para los servicios de inteligencia de Atalanta.
Escolta de alimentos Entre las múltiples tareas del Patiño -que como unidad insignia tenía que ocuparse también de coordinar las actuaciones con los mandos en tierra y con el resto de embarcaciones de Atalanta- se encontraba también la escolta de mercantes con alimentos para paliar la hambruna en Somalia, uno de los principales objetivos de los grupos piratas.
En este apartado, realizó un total de media docena de trayectos para blindar la seguridad de otros tantos barcos del Programa Mundial de Alimentos. Entre ellas destaca la primera escolta múltiple de este tipo de buques que se ha realizado en la historia de la misión lanzada por