El gran puerto deportivo que el PP prometía para Cambados tendrá que esperar, de modo que a los aficionados a la náutica recreativa no les queda más remedio que conformarse con las precarias instalaciones de As Goritas. Pero los cambios se ciernen ahora sobre este pantalán. Portos realizó durante el último mes varias obras de mejora y pretende empezar a cobrar por los amarres. Entre tanto, se habla de reordenar los espacios que ocupan las embarcaciones deportivas y las de marisqueo. Para algunos usuarios, si no se amplía antes el calado, estos cambios acabarán mal.
Portos realizó durante el último mes obras de mejora en los amarres de As Goritas (Cambados), pero deja sin resolver los problemas más graves, como la falta de calado
FARO DE VIGO, 16 Feb. (Cambados-Pontevedra)- En sus últimos programas electorales, el Partido Popular de Cambados enarboló como uno de sus proyectos estrella la construcción de un gran puerto deportivo, que iría acompañado de una zona comercial en torno a la plaza de abastos y de un aparcamiento subterráneo bajo la explanada que ocupaban las naves de Prego.
El anterior presidente de Portos de Galicia, José Manuel Álvarez Campana, llegó a afirmar que la inversión necesaria para llevar a cabo dicho proyecto rondaría los 30 millones de euros. Pero entonces sobrevino la crisis económica, y en una reciente visita a Cambados, el actual responsable de los puertos gallegos, José Juan Durán, ya avanzó que, en el mejor de los casos, la idea se realizará por fases, y que lo prioritario es la reforma de la plaza de abastos.
Así las cosas, la localidad deberá esperar unos años más por el puerto deportivo. Entre tanto, debe conformarse con las instalaciones que se hicieron hace 18 años, siendo alcalde Santiago Tirado, al fondo de la isla artificial de As Goritas. El problema es que este pantalán ya nació con unas graves deficiencias que no lograron corregirse en las dos últimas décadas.
En As Goritas amarran un centenar de embarcaciones, de las cuales 70 son de séptima lista –deportivas– y el resto de tercera –marisqueo a flote–. Todas ellas sufren los mismos problemas, como la carencia de agua y de luz y, sobre todo, la falta de calado. Y es que, a día de hoy, varios barcos difícilmente pueden salir ni entrar con marea baja según estén amarrados del lado derecho o del izquierdo.
Portos de Galicia acometió desde mediados de enero una serie de reparaciones en el pantalán, pero éstas, siendo necesarias, no abordaron los problemas estructurales de la instalación, lo que genera incertidumbre entre sus usuarios. Además, Portos ha empezado a recabar los datos bancarios de los que atracan en As Goritas con la intención de empezar a cobrarles por los amarres –algo que no hizo hasta ahora– y eso también preocupa a los usuarios, que están dispuestos a pagar, pero siempre y cuando les ofrezcan a cambio unos servios mínimos.
Durante varias semanas, Portos repuso las tablas de madera que faltaban de la pasarela, cambió los perfiles de aluminio de la estructura flotante y colocó algunos flotadores nuevos. Pero los obreros ya no estuvieron esta semana en Cambados, y los usuarios temen que la Xunta dé por concluida la obra sin solucionar los problemas más graves.
El que más preocupa tanto a los pescadores deportivos como a los rañeiros es la falta de calado. Por ello, demandan un dragado mínimo, pero que garantice por lo menos que todos los barcos, sin excepción, puedan salir o entrar incluso durante las bajamares. Otra de sus reivindicaciones es la limpieza del fondo, en el que se acumulan entre el fango la basura y los restos de muertos o de aparejos.
El dragado es la petición central de los que atracan en As Goritas, y más ahora que se habla de la posibilidad de reordenar la flota, lo que significaría juntar en un lado los mariscadores a flote y, del otro, a los pescadores deportivos. Ahora, las embarcaciones de unos y otros están mezcladas, y hay quien alerta de que si se reorganizan los espacios podría estallar el descontento, ya que con el calado actual es probable que ninguno de los dos sectores aceptase de buen grado el traslado a la zona con menor lámina de agua.
En este sentido, el patrón mayor de Cambados, Benito González, anunció hace unas semanas el inicio de los trabajos previos para la reordenación de la flota en As Goritas, y esas palabras causaron un revuelo y una inquietud que todavía a día de hoy no están totalmente apagados. De hecho, unos días después de que Benito González hablase del pantalán, la asociación de pescadores deportivos local, As Joritas, remitió un duro comunicado de prensa, en el que criticaban las numerosas deficiencias del puerto deportivo.
Pero el calado no es el único problema de las instalaciones. Otro de los que mejor ejemplifican su precariedad es que carece de luz y agua, servicios que sí se encuentran en la práctica totalidad de puertos deportivos recientes. El no disponer de conexión a la energía eléctrica o a un simple grifo significa para los usuarios múltiples incomodidades. Así, por ejemplo, tienen que irse a otro lado si quieren limpiar o baldear sus embarcaciones con agua dulce; no pueden cargar una batería; y si necesitan hacer algo al anochecer o cuando todavía no ha amanecido no les queda más remedio que llevar consigo linternas.
También hay quejas por la falta de seguridad de las instalaciones. Y es que no hay ni siquiera una cancilla que evite el acceso a la pasarela y los barcos de las personas ajenas al pantalán deportivo. En verano, de hecho, es fácil encontrar a grupos de jóvenes que hacen botellón en la pasarela de madera, al lado de los barcos –cuando no se suben a alguno– y que terminan la fiesta dándose un chapuzón, con el riesgo que eso conlleva. Por ello, lo que demandan los usuarios es que se instale una verja con llave, o de acceso electrónico, a la entrada del pantalán.
Otra mejora que se reclama desde Cambados es la aplicación de un tratamiento a la madera de la pasarela, pues al parecer en la actualidad es muy resbaladiza.
Y es que por el momento, el pantalán de As Goritas es la opción de atraque que tienen en Cambados los pescadores de la séptima lista. El número de lanchas no es ni de lejos comparable a los de Sanxenxo, O Grove o Vilanova, pero aún así es significativo –unas 70– y reclaman un poco de atención. "Hay que pagar por el amarre, sí, todos estamos de acuerdo con eso. Pero a cambio deberían darnos unos servicios mínimos, y lo mínimo empieza por poder entrar y salir cuando quieras. Si se hace el dragado, la reorganización de la flota puede acometerse al día siguiente", afirmaba esta semana un aficionado a la náutica recreativa.