La regulación del uso de los mares y océanos para hacer compatibles todas las actividades que conforman la economía azul, desde la pesca a la obtención de recursos energéticos o el desarrollo de la eólica marina es una de las prioridades definidas hoy por la Secretaria General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Isabel Artime, en la Ponencia inaugural del área de Pesca del 62 Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima que se desarrolla hasta mañana en Bilbao.
“Desde el Ministerio creemos que todas las actividades que generan recursos en torno a los mares y océanos deben tener cabida”, ha asegurado.
Entre ellas, la pesca, que ocupa un lugar destacado, aspira a mantener su ritmo de actividad. “Es una industria puntera y un sector del que podemos sentirnos orgullosos”, ha manifestado la Secretaria general. Ha recordado que España es la primera flota de Europa en términos de capacidad, opera en todos los mares del mundo y se dirige en su conjunto a las especies de mayor valor, lo que le otorga un valor monetario superior al que le corresponde por volumen desembarcado. Además, ha reconocido el esfuerzo del sector pesquero para “minimizar su impacto sobre especias protegidas, adaptar las redes y cumplir con la obligación de desembarque”.
Como ha rememorado Jorge Dahl, decano territorial del Colegio de Ingenieros Navales y Oceánicos en Galicia, “la pesca fue la principal fuente de ingresos para muchas familias durante décadas”. Hoy, sigue jugando un papel fundamental como vertebrador de las comunidades costeras: genera empleo y dinamiza toda una industria que incluye desde los astilleros hasta las cadenas de distribución, las lonjas, las empresas auxiliares o los canales de exportación e importación.
Precisamente, es esa actividad importadora uno de los retos más relevantes en opinión de la Secretaria general de Pesca: “pese a la fortaleza del sector no logramos cubrir el 100% de la demanda en España. Avanzar hacia la autonomía alimentaria es uno de los más urgentes desafíos de Europa”, ha señalado.
Porque el mix entre la sostenibilidad ambiental y la sostenibilidad socioeconómica ha sido una de las reflexiones más recurrentes de la Secretaria general de Pesca. “El sector es el primer interesado en tener mares y océanos limpios porque de eso depende su futuro. Pero no puede haber sostenibilidad si no es sostenible también en términos de rentabilidad”. En este contexto, “la innovación y la ciencia son sus principales aliados”, ha asegurado.
¿Cómo logarlo? Sobre la mesa, la Secretaria General de Pesca ha desplegado algunas de las palancas que buscan incentivar esa transformación: los fondos Next Generation, la nueva Ley de pesca sostenible e investigación pesquera, la Mesa de la Ciencia impulsada en Vigo y, sobre todo, la próxima presidencia Europa que asumirá España a partir del mes de julio. “Ayudar a la transformación de la flota pesquera será una prioridad. Tenemos una flota del siglo XX y necesitamos una flota del siglo XXI”, ha manifestado.
Además, esa renovación de una flota envejecida, que tiene una media de 30 años, es clave, en opinión de la Secretaria general de Pesca, para contribuir al relevo generacional del sector. “Necesitamos barcos más sostenibles, seguros y también más habitables”.
En este sentido, Isabel Artime ha asegurado que “España ha presentado ante la UE la necesidad de acelerar la transformación energética”. Al margen de las medidas puestas en marcha de manera coyuntural, es imperativo buscar soluciones estructurales a largo plazo para desvincular la actividad pesquera de los combustibles fósiles. “La solución pasa por esfuerzo en investigación e innovación”, ha sentenciado.
No obstante, ha hecho referencia a la dificultad de contar con una alternativa viable, especialmente en el sector pesquero puesto que ahora no existen energías alternativas que puedan hacer realidad esa necesidad. “La mayoría de las energías renovables probadas han sido proyectos piloto y en buques de transporte, pero la pesca va un poco por detrás”, ha reconocido.
“A la espera de la llegada de innovaciones tecnológicas que permitan esa transición, tendremos que impulsar medidas intermedias como adaptación de las naves, sistemas de propulsión más eficientes...”, ha explicado.
“Todo el desarrollo y todo el apoyo en esa modernización es un enorme desafío que necesita un apoyo financiero detrás y que, con seguridad, marcará la agenda del sector en los próximos años”, ha aventurado. Y ha lanzado un mensaje al colectivo: “la labor de los ingenieros navales como catalizadores de esta actividad nos ayudará a encontrar soluciones más prácticas que contribuyan a reducir la brecha entre los buques del siglo XX que tenemos hacia los buques del siglo XXI que necesitamos”.
Fuente: ingenierosnavales.com