“España diseña, construye y mantiene sus buques de defensa y aspira a que siga siendo así en el futuro”. Con esta máxima, el subdirector de Ingeniería y Construcciones Navales de la Armada, José Antonio Toro Fernández, ha descrito los desafíos y oportunidades que afronta el futuro del sector naval en el área de defensa en la Ponencia Inaugural del 62 Congreso de Ingeniería Naval e Industria Marítima.
En su presentación, Toro Fernández mostró la punta del iceberg del reto tecnológico futuro al que se enfrenta la Armada. “Un reto tecnológico en el que el personal humano cualificado es crítico y es necesario”, ha explicado. De nuevo, la dificultad para encontrar ingenieros para cubrir la demanda de puestos de trabajo surge como un desafío imperante, ha asegurado.
“La adopción de nuevas tecnologías está sujeta a estos desafíos: agilizar los procesos y es necesario coordinar el trabajo de las diferentes agencias y reforzar el personal experto tal y como se dijo en las sesiones de ayer”, ha explicado.
El subdirector de Ingeniería y Construcciones Navales de la Armada ha basado su presentación en la iniciativa puesta en marcha por la Comisión Europea: el Plan de Acción Europeo de la Defensa (EDAP). Su objetivo principal, promover una Base Europea Tecnológica e Industrial de la Defensa (EDTIB) sólida y competitiva.
Un Plan que abarca el periodo de 2024 – 2041, dividido en tres fases encaminadas a recuperar la capacidad no actualizada y modernizar y evolucionar las capacidades actuales.
El Plan está fundamentado en tres pilares: en primer lugar, la creación de un Fondo Europeo de Defensa (EDF) para apoyar la inversión en investigación conjunta y el desarrollo conjunto de equipos y tecnologías de defensa. Además, el fomento de las inversiones en las cadenas de suministro de defensa (pymes, empresas incipientes, midcaps y otros proveedores de la industria de defensa). Y, por último, reforzar el mercado único de defensa afianzando las condiciones para que en Europa exista un mercado de defensa abierto y competitivo, para ayudar a que las empresas operen de manera transfronteriza y a que los Estados miembros obtengan el mejor rendimiento de su dinero en sus contratos públicos de defensa.
En todo caso, ha concluido que “el objetivo es desarrollar un sistema de armas efectivas”, y para lograrlo la Armada ha establecido tres necesidades prioritarias: la renovación de la flota hidrográfica, la sustitución de los buques auxiliares por otras unidades de segunda mano y la modernización de cazaminas, de asalto anfibio y, por último, de las fragatas F–100.
Fuente: ingenierosnavales.com