Con la seguridad de constituir una palanca estratégica para el país- con capacidad para encabezar la generación de energías renovables e impulsar el desarrollo tecnológico- y el reto de hacer frente al compromiso de descarbonización y a la complicada situación geopolítica actual, la ingeniería naval y la industria marítima han cerrado hoy su 63 Congreso, organizado por la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos de España, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de Madrid.
Y no podía haberse celebrado en un lugar más adecuado, puesto que es en el conjunto de las escuelas de ingeniería naval donde residen las esperanzas y expectativas de futuro del conjunto del sector: es necesario talento joven; en concreto, el doble cada año durante al menos los próximos cinco, como ha recordado el presidente de AINE, Diego Fernández Casado, y la decana del COIN, Pilar Tejo Mora- Granados.
Con todo, los desafíos representan para la ingeniería naval una incuestionable fuente de oportunidades que se han ido presentando y analizando en cada una de las mesas y ponencias.
Quizá la más evidente, como ha afirmado Julio Muñoz, Jefe del Departamento de Servicios de Conexión de Redeia: “La generación eólica marina es una oportunidad única para España porque va a aprovechar los avances realizados en la generación terrestre en todos los sectores”.
Idea en la que ha redundado Germán Carlos Suárez Calvo, presidente del grupo Aliminia (Astican/Astander): “La gran oportunidad es resolver los retos que van a surgir al convertirnos en pioneros en la instalación de las plataformas eólicas flotantes en el mar” y ha animado al sector a lograr “que en España seamos los primeros en poner en marcha un parque eólico marino flotante”.
Pero también en la mesa dedicada a la marina mercante celebrada hoy, se ha puesto de manifiesto que “es un momento de oportunidad”, como ha explicado José María Torre Martínez, director de flota de Ibaizabal, quien ha recordado que “las navieras somos responsables solo del 3% de las emisiones; somos el transporte más eficiente y ahora podemos demostrar que podemos hacer una transición energética adecuada”. No ha faltado, pese a todo, una llamada de atención ante la incertidumbre sobre la normativa medioambiental como ha resumido Juan José Ferrer, CEO de Marflet: “lo que llaman derecho de emisión es, en su opinión, un impuesto injusto porque se aplica sobre el transporte que menos contamina”.
La geopolítica determina el futuro de la marina mercante y la pesca
Sin embargo, la transición energética y la descarbonización ha pasado casi a un segundo plano, una vez que la geopolítica y las consecuencias de los diferentes escenarios de guerra se han puesto sobre la mesa.
Para José Poblet, de COTENAVAL, “La navegación no volverá a la normalidad en el Mar Rojo en al menos dos años y en Ucrania dependerá en gran medida de las elecciones estadounidenses”, ha señalado. Además, ha hecho referencia a la sequía que afecta al Canal de Panamá y que afecta al funcionamiento de este paso estratégico”.
En los mismos términos se ha manifestado Alfredo Serrano, director de CLIA Spain, que ha explicado que el sector de los cruceros se ha visto especialmente afectado por influencia de la geopolítica en la percepción de seguridad. La invasión de Ucrania ha cerrado la puerta a los cruceros en el mar báltico, mientras que la guerra en Oriente Próximo ha dificultado los nuevos itinerarios por el Mar Rojo y la zona de Emiratos Árabes, ha explicado. Como consecuencia, sin embargo, ha reconocido que “mediterraneo occidental y la zona de Canarias registró un gran crecimiento el pasado año”.
La otra cara de la moneda la representa el aumento de precio en los combustibles, aspecto en el que ha incidido Javier Touza, Presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo. “Los actuales conflictos geopolíticos ponen en riesgo la flota pesquera por la vulnerabilidad y la alta dependencia de combustibles fósiles, y de ahí la urgencia de la transición energética hasta alcanzar la neutralidad en 2050”, ha afirmado.
Los costes energéticos antes de la invasión de Ucrania representaban un 13% de los costes totales de explotación. Un año después, alcanzaron el 35%. Un incremento que incide de manera directa en la flota pesquera europea que, en palabras de Touza, “ha pasado de obtener 200 millones de beneficio antes de la invasión de Ucrana, a registrar en el año 2022 más de 400 millones de pérdidas”. “10 céntimos de subida en el gasoleo, representa una pérdida de beneficio de 185 millones de euros”, ha asegurado.
En estrecha relación con este asunto, la última jornada ha acogido una mesa redonda sobre Defensa en la que se ha cuestionado la preparación de Europa en este ámbito. Para el Almirante Ricardo Hernández, de la Armada Española, el objetivo está claro: “tenemos que ser autosuficientes en la Defensa. Y para lograrlo, asentar dos pilares fundamentales: la tecnología y la captación y retención de talento”.
El sector naval volverá a citarse el próximo año en Gijón (Asturias) del 2 al 4 de abril de 2025. Será el momento de evaluar los compromisos de esta 63 edición que hoy concluye.
Fuente: ingenierosnavales.com