El gran número de turistas que invaden la ciudad desde hace días hicieron prácticamente imposible moverse ayer por la noche por el populoso barrio de Alfama para comer en los típicos arraiales una sardiñada, con pan de milho, broa, y beber una Imperial, cerveza.
El precio del kilo de sardina oscilaba ayer en los mercados más céntricos de Lisboa, Rato, Campo de Ourique y Picoas, entre los siete y los ocho euros el kilo, un precio inferior al del 2016, cuando llegó a los trece.
La cada vez más numerosa utilización de sardina congelada en los arraiales los días 12 y 13 de junio, «y la venta de producto fresco importado de España y Marruecos en algunos supermercados, que tiran los precios estos días hasta menos de los 4 euros el kilo haciendo imposible competir con ellos», son algunas de las causas apuntadas por Fátima Rodrígues, pescadera del mercado de Rato, para que su precio no se haya disparado tanto como en el 2016.
Ayer, en uno de los supermercados de Lisboa, de la cadena Pingo Doce, se podía comprar un kilo de sardina fresca por 3,95 euros. Aunque resultó imposible conocer su procedencia, que no estaba indicada, al contrario que el resto del pescado a la venta.
En los arraiales de Alfama, Graça, Madragoa y Bica, instalados por asociaciones y hosteleros de dichos barrios, los más frecuentados por los turistas, y adornados por guirnaldas, altares de San Antonio y albahaca, la planta típica de la fiesta, se sirve, día y noche, sardina congelada. João, hostelero que dirige uno de los más concurridos de Madragoa, declara a La Voz lo que es un secreto a voces: «Casi todos optamos por poner la sardina congelada estos días». Añade: «Si yo comprase la fresca a ocho euros el kilo no podría ofrecerla asada con pan por 1,5 euros, como hemos estipulado este año». También aclara que «hay sardinas y sardinas congeladas, las que yo ofrezco a mis clientes son portuguesas y congeladas a finales de julio del año pasado».
6.800 toneladas hasta agosto
Hasta el 31 de julio, los pescadores portugueses podrán capturar 6.800 toneladas de sardinas en aguas territoriales lusas. «El problema es el bajo precio al que se nos paga la caja, de unos 20 kilos», confesaba ayer Antonio Dourado, pescador de Póvoa do Varzim. «Por cada caja me dan unos 15 euros y capturar 20 kilos supone mucho trabajo». Añade también que «muchas de la sardinas que comemos estos días vienen de Galicia, además en la captura se cuela bastante caballa pequeña, que nadie quiere, porque no tiene tamaño ni calidad suficiente para ser vendida», añade el pescador luso.
La caja, a 40 euros, en A Coruña
Andrés García, representante de la asociación de armadores de cerco de Galicia (Acerga), confirmó que el viernes pasado había sido un buen día de venta de sardina en la lonja de A Coruña precisamente para abastecer al San Antonio lisboeta. Además, la caja alcanzó los 40 euros, una cotización que duplica la media de estos días. Esos precios irán in crescendo en los próximos días, a medida que se acerque la noche de San Xoán, el próximo viernes. Los cerqueros gallegos regresarán esta semana de la costera de la anchoa en el País Vasco para dedicarse a la sardina.
Fuente: LA VOZ
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/maritima/2017/06/13/sardina-gallega-congelada-san-antonio-lisboa/0003_201706G13P35997.htm