NAUCHERglobal.- ¿Cuánto nos ha costado a los españoles el error De la Serna? ¿Cincuenta millones?, ¿Cien? ¿Doscientos? Tras lanzar la amenaza de despedirlos y volverlos a contratar como temporales a precio de saldo, decreto y tente tieso, soliviantando a un colectivo de trabajadores que ganan un sueldo decente, conseguido a base de mucho trabajo y mucho valor, el ministro de Fomento ha decidido recular y volver a la casilla de salida. Que sigan negociando empresas y estibadores y el decreto lo metemos en el congelador, al menos por una semana o dos.

Si no tuviéramos gobierno, o si no tuviéramos este gobierno, los puertos habrían seguido trabajando al ritmo habitual, mientras las empresas y los trabajadores negociaban un acuerdo que, cumpliendo la sentencia del Tribunal de Justicia europeo, resultara satisfactorio para ambas partes. Conviene no ignorar que si los estibadores tienen unas condiciones de trabajo medianamente buenas es porque las empresas del sector obtienen beneficios muy por encima de la media.

Pero tenemos un gobierno que acoge a un ministro de Fomento todavía muy verde para gestionar la complejidad del ministerio, rodeado de un equipo que está pidiendo a gritos su inmediato relevo. Resulta muy difícil entender por qué han estado durante años mirándose el ombligo en Puertos del Estado y ahora amenazan al ministro y al gobierno con las sanciones europeas si no meten en cintura, vía urgentísimo decreto-ley, a los estibadores españoles.

La maniobra, ciertamente muy chusquera, la han disfrazado con un ropaje lingüístico que sólo se creen los que tienen interés en mantener en vigor la mentira: lograr un modelo eficiente, aumentar la competitividad, adecuar los salarios al mercado, granjear un impacto positivo en la economía… y frases por el estilo. Frases comodín, sección pandereta, que usan para lo que haga falta, romper la sanidad pública, por ejemplo, o permitir los sueldos desorbitados de los directivos y ejecutivos del sector bancario y financiero rescatado con montañas de dinero público.

Tras esas frases hechas, la realidad es muy sencilla: precarizar el empleo, reducir salarios y aumentar la desigualdad. Que los trabajadores defiendan con uñas y dientes sus puestos de trabajo sólo puede sorprender a los ignorantes y a los roídos por la envidia.

Ciertamente, al margen del cumplimiento de la sentencia europea, la situación del servicio de estiba en los puertos españoles sufre algunas disfunciones cuya solución exige conocimiento de la materia y talento directivo. Si dichas disfunciones no se han tratado adecuadamente y han permanecido enquistadas en el sistema tal vez se deba al escaso conocimiento del sector y a la pereza intelectual de que hacen gala los altos cargos del ministerio, un mal endémico en la maltrecha política española.

Repito: ¿cuánto nos ha costado el error De la Serna? Y pregunto: ¿hasta cuándo hemos de aguantar que esos personajes sigan agotando nuestra paciencia y arruinando nuestro patrimonio?

Fuente: NAUCHERglobal
http://www.naucher.com/es/actualidad/cuanto-nos-ha-costado-el-error-de-la-serna/_n:5997/

 

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