Los distintos segmentos del sector pesquero gallego coinciden en que 2016 fue un año malo en lo que a la gestión de cuotas se refiere, pero sin sobresaltos en el desarrollo de su actividad diaria. Los armadores tachan de “perjudicial” el reparto de cupos de jurel y xarda y lamentan que la situación no mejora de cara a 2017. Las conserveras, por su parte, elevaron las exportaciones y los mejilloneros registraron un aumento de la demanda, aunque denuncian que todavía hay fraudes en el etiquetado del mejillón gallego. 2017 se presenta como un año de retos en el que el sector buscará la estabilidad y firmeza en la defensa de sus intereses. “Al final, lo que todos queremos es poder desarrollar la profesión, hacerla atractiva y vivir dignamente de este medio”, resume el presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Tomás Fajardo.
El balance del año y las perspectivas de cara a 2017 de los principales representantes del sector son:
La bajura. “Lo que realmente arroja el balance son las estadísticas”, señala el presidente de los pósitos gallegos, pero aún así indica que 2016 fue un ejercicio bueno para el pulpo en cuanto a capturas y precios. Mientras, el cerco tuvo un año “irregular”, pues el jurel registró precios muy bajos en lonja. “La sardina, aunque hubo más, se vendió en mayo-junio a dos o tres euros la caja”, lamentó el líder de las cofradías gallegas. Fajardo afirma que la pesca de raya “preocupa” al sector por los constantes cierres de la pesquería por la escasez de cuota y que los precios del marisco cayeron. “Hubo algo de berberecho, pero no almeja. La toxina enturbió un poco la campaña marisquera”, comenta. El presidente de la Federación Galega de Confrarías pide estabilidad en 2017, ya que los recortes de cuotas (excepto el jurel) “no fueron tan drásticos como se esperaba” y que los precios hagan “lo más rentable posible” la pesca.
El cerco. Los armadores comenzaron el año pasado acampados ante la sede de la Xunta en Santiago y terminaron con una reducción en la cuota de jurel del Cantábrico o zona VIIIc (de Fisterra al golfo de Vizcaya) del 23%. “2016 fue un año escaso de cuotas por el reparto nacional. De hecho, acabamos los cupos y estuvimos parados desde mediados de diciembre”, explica el portavoz de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García. Llegar hasta tan avanzado el año con cuota es “complicado”, aclara, y destaca que se logró “gracias a la buena gestión de la flota”. La asociación espera ahora conocer el reparto final del jurel para saber “si se palía” la bajada en la zona VIIIc con cuota de Gran Sol. Según García, los “insignificantes” aumentos en la xarda y la sardina apenas se notarán.
La flota de arrastre. El secretario general de la asociación de armadores de arrastre Pescagalicia-Arpega-O Barco, Torcuato Teixeira, afirma que 2016 fue un año “conflictivo” para la flota de arrastre y critica el nuevo plan de gestión, que impugnaron desde su asociación y el cerco. La flota de arrastre pasó en los últimos cinco años de 105 buques a 65 en el litoral, por lo que Teixeira espera que se frene el descenso de embarcaciones y se consoliden las que quedan. “Hay que resaltar el papel activo del Consello Galego de Pesca en 2016, que elaboró informes sobre el “Brexit”, los sistemas de control o las cuotas. Un papel que esperamos que se mantenga”, añade. Para Teixeira, las tareas más inmediatas del sector y de la Administración son reabrir la pesca de cigala, aprovechar los recursos, lograr más cuota de jurel y xarda y un mejor reparto de cupos.
La flota de altura. “Con las excepciones de la falta de cuotas en la bajura y el reparto actual de jurel y gallo, el año en general fue bueno para el sector”, destaca el gerente de la Cooperativa de Armadores de Pesca de Vigo (ARVI), José Antonio Suárez-Llanos. El representante de la flota gallega de altura destaca el cambio de actitud en la dirección de Pesca de la CE, pues el comisario Karmenu Vella les trasladó su intención de equilibrar los aspectos medioambientales con los sociales y económicos en la gestión de las pesquerías. “Poco a poco se va hacia una pesca sostenible y equilibrada. Hay una tendencia de cambio de modelo respecto al anterior, más conservacionista”, asegura Suárez-Llanos. Para los armadores de altura 2017 será un año crucial por la realización de campañas sobre el consumo de pescado y ven prioritario resolver la falta de cuotas.
Los mejilloneros. El presidente del Consello Regulador do Mexillón de Galicia, Francisco Alcalde, destaca la “excelente calidad” del mejillón en 2016, que hizo que aumentase su demanda. La denominación de origen y el cambio de reglamento, que está en proceso, entran en el balance positivo que hace Alcalde. Pero no todo fue bueno. El aumento de los cierres por la marea roja hizo que algunos polígonos estuvieran cerrados durante meses y, denuncia, aún hay conserveras que hacen “competencia desleal” al etiquetar como molusco gallego producto que no lo es. Además, lamenta que la Administración hiciera una interpretación restrictiva del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca, lo que limitara las inversiones en el mar. Mexillón de Galicia espera, en 2017, potenciar la denominación de origen en el mercado y participar en investigaciones sobre las mareas rojas o el cambio climático.
Los conserveros. “Las exportaciones de conservas aumentan y la mitad de las que realiza España son gallegas”, asegura el secretario general de la patronal conservera Anfaco-Cecopesca, Juan Manuel Vieites. El portavoz de las conserveras asegura que la firma del convenio colectivo del sector hasta 2021 le da estabilidad y favorece que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo. Además, algunas empresas aumentaron plantilla. La aplicación de la tecnología y la robótica para competir con el sudeste asiático es uno de sus retos para 2017.
Fuente: Faro de Vigo
http://www.farodevigo.es/mar/2017/01/02/flota-demanda-estabilidad/1597852.html