El armazón metálico de lo que un día fue un sonado barco bateeiro de Cabo de Cruz, el Paquito Nº Dos, no escondía los cuerpos de dos de los tres marineros que formaban su tripulación cuando se hundió frente al faro de Corrubedo el 16 de diciembre del 2014. Solo José Germán Fernández, el patrón, fue localizado sin vida a las pocas jornadas a 13 kilómetros del punto en el que la embarcación se fue a pique. Mientras, los cuerpos de los otros dos tripulantes, Santiago Blanco Treus, Mané; y Antonio Hermo Torrado, Raúl, no corrieron la misma suerte que Germán, que recibió sepultura en un emotivo funeral. A Mané y Raúl se los tragó el mar, literalmente, aunque sus más allegados se negaron a descartar la posibilidad de que pudieran estar en el pecio. El viernes, es decir, un año y siete meses después de consumarse la tragedia, un grupo de buzos, a requerimiento de las familias de Mané y Raúl, inspeccionaron el barco sin encontrar rastro alguno de ambos.
Eladio Díaz, responsable de la empresa viguesa Northcom Diving, fue uno de los seis buzos que el viernes recorrió el Paquito Nº Dos. La otra firma que colaboró en los trabajos fue Dragados Osmar, con Manuel Cernadas al frente. En total fueron tres las parejas que descendieron 38 metros para llegar al pecio. La primera priorizó la apertura de escotillas para despejar el camino a los compañeros que descenderían después. La segunda pareja pudo comprobar que era necesario extremar las precaución, ya que eran muchos los objetos flotantes que podían golpear a estos profesionales por sorpresa.
Imagen en la bodega del barco, donde se creía que podían estar los cuerpos de los dos desaparecidos
Eladio Díaz revela que recorrieron el puente, la sala de máquinas o el pañol de proa, y confiesa que no fue sencillo por los riesgo que había de sufrir un accidente. Pero si complicada fue la inmersión, más complejo todavía fue lograr las autorizaciones necesarias para realizar las inmersiones. «Los trabajos comenzaron en noviembre, y fue una cascada de autorizaciones las que tuvimos que solicitar a la Xunta, a Capitanía Marítima de Vilagarcía y a la Comandancia Naval de Vigo, que tuvo que aprobar nuestro proyecto de la inspección del pecio».
Ropa de agua
Entre los objetos que, el viernes, todavía estaban en el interior del pecio destacaban algunos pantalones de agua, que seguían colgados en su espacio habitual casi dos años después
El sábado, con el trabajo ya completado, el mismo Eladio Díaz no dejó pasar la oportunidad de agradecer a Salvamento Marítimo, y a la citada Comandancia Naval de Vigo, su colaboración en las inmersiones, ya que Salvamento Marítimo movilizó una de sus embarcaciones para garantizar la seguridad de los seis buzos.
Las familias de los desaparecidos agradecen el apoyo social recibido desde el hundimiento
Las familias de Santiago Blanco Treus, Mané; y Antonio Hermo Torrado, Raúl, los dos marineros desaparecidos el día del hundimiento, realizaron el sábado un comunicado público para agradecer el apoyo social que recibieron desde aquel triste 16 de diciembre del 2014.
En su escrito, los allegados de Mané y Raúl dicen lo siguiente: «Este venres, 8 de xullo de 2016, produciuse un feito longamente agardado polos familiares de Mané e Raúl. Un equipo de buzos baixou ao pecio e comprobou, in situ, que, desgraciadamente, os corpos de ámbolos dous non estaban alí. Con isto desvaneceuse a última esperanza que tíñamos de recuperar os seus corpos pero, por outra banda, quitóusenos un inmenso peso de enriba porque, pola nosa banda, fíxemos todo o posible para recuperalos».
El texto difundido prosigue asegurando, los familiares, que «non podíamos durmir pensando na posibilidade remota, pero posibilidade ao fin, de que estivesen alí, coma quen di ao lado da man e non fixésemos nada por eles. Pois ben, esa última posibilidade xa non e tal. Agora non nos queda máis que agradecer a todo aquel que dun ou doutro xeito estivo ao noso lado e nos axudou nestes momentos tan duros. Un abrazo a todos e grazas».
Tristeza
Más allá de las palabras de agradecimiento que forman el comunicado reproducido, los familiares de Mané y Raúl seguían ayer abatidos por la noticia de que los cuerpos de sus seres queridos no estaban en el pecio. Los allegados tenían la esperanza de poder localizarlos para darles sepultura, algo que no se ha dado y que ha supuesto un triste punto y final a este suceso marítimo que se cobró la vida de tres marineros muy queridos por sus vecinos y respetados en su profesión.
Fuente: La Voz de Galicia
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/maritima/2016/07/10/mane-raul-paquito/0003_201607H10P37991.htm