La comunidad científica internacional ha validado con su publicación en la revista Earth System Science Data (ESSD) los datos de las corrientes marinas del Estrecho de Gibraltar tomados en septiembre de 2014 durante un ejercicio desarrollado el marco del proyecto Medess.
Dicho proyecto, integrado en el Programa MED de la Unión Europea, persigue la prevención de riesgos y el fortalecimiento de la seguridad marítima ante posibles vertidos de hidrocarburos en el Mediterráneo. Forman parte de él empresas e instituciones de Chipre, Grecia, Montenegro, Italia, Malta, Francia y España.
Para conocer mejor las corrientes del Atlántico que penetran en el Mediterráneo a través del Estrecho de Gibraltar, el 9 de septiembre de 2014 fueron lanzadas al mar desde Algeciras 34 boyas a la deriva, el mayor número nunca empleado en un ejercicio en aguas españolas. En ese lanzamiento participaron cuatro embarcaciones (tres de Salvamento Marítimo y una de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras). Los equipos fueron aportados por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) y Puertos del Estado (OPPE).
Dichas boyas enviaron información geolocalizada sobre su recorrido por las aguas que ahora han sido plasmados en el estudio publicado por ESSD. Como conclusión general, el informe valida la existencia de las corrientes del Mar de Alborán -tanto la occidental como la oriental y su posterior deriva por el frente marítimo de Argelia-.
Los datos, una vez validados por la comunidad científica con esta publicación, se han integrado en el repositorio Pangaea para que puedan ser utilizados para otros estudios. El repositorio incluye los datos de las 34 boyas, una a una, así como la información agregada para su empleo a través de programas informáticos especializados.
Esta información podrá ser utilizada para establecer modelos de predicción de comportamientos de la superficie marina no sólo con el objetivo original de conocer la posible deriva de un vertido de hidrocarburos; también pueden ser válidos y útiles para el rastreo de embarcaciones a la deriva y para crear mapas y modelos de riesgo, entre otros usos.
El proyecto se justifica porque estas aguas están expuestas a hipotéticos vertidos de hidrocarburos por el alto trasiego de las rutas de mercancías internacionales, a lo que hay que sumar que se trata de un área de alto valor medioambiental que incluye una importante extensión de zonas protegidas. El Estrecho, añaden los científicos, es una región de alto interés por su singularidad oceanográfica, dado que en él se producen los intercambios de aguas entre la cuenca Mediterránea y Atlántica, generándose velocidades de corriente extremadamente altas.