Desde hace días el Centro Nacional de Huracanes de Miami (NHC, por sus siglas en inglés) está siguiendo el fenómeno atmosférico que se ha estado formando al oeste de Canarias y que desde ayer ya se ha desarrollado en una tormenta subtropical. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no ha activado ningún aviso en previsión de que precipitaciones o viento asociado a esta tormenta subtropical y desde este organismo se apunta, aunque de manera extraoficial, que «no se va siquiera a acercar» y que su trayectoria claramente apunta hacia Azores.
Hoy es el día en que la tormenta subtropical Alex pase más cerca de Canarias.
Así y todo, los meteorólogos están especialmente atentos a un fenómeno que no se producía desde diciembre de 2013, cuando el NHC advertía de la proximidad de un huracán a las Islas. Entonces la Aemet sí activó el aviso amarillo en las islas occidentales ante la posibilidad de precipitaciones.
La predicción de ayer del Centro Nacional del Huracanes situaba ayer en un 70% la probabilidad de que la profunda depresión que todavía se sitúa al suroeste del Archipiélago evolucionara, como así ha sido, hasta convertirse en una tormenta subtropical. Lo que sí parece claro, según los meteorólogos consultados, es que en su proceso se desplace hacia Azores y, por tanto, es «improbable que el ciclón suponga peligro alguno para Canarias», aseguran.
En las imágenes de satélite se puede ver desde el pasado fin de semana cómo la borrasca estaba intentando formar en su seno una espiral nubosa convectiva, característica de borrascas intentando iniciar una transición tropical o subtropical y ayer ya estaba formada esa espiral.
Previsión. De momento, la todavía borrasca sí acercará hasta el Archipiélago abundantes nubes medias y altas que pueden provocar alguna precipitación de carácter débil y algo de viento del sureste que traerá nuevamente polvo en suspensión y y con él un ligero ascenso de las temperaturas.
En el mar habrá estos días marejadilla y se mantiene el mar de fondo del noroeste de los últimos días con olas que en la costa norte y oeste de La Palma y del Hierro pueden alcanzar entre dos y tres metros de altura.
