«Cuando dos partes quieren llegar a un acuerdo, se llega». Así resumía ayer el secretario federal del sector marítimo-portuario de UGT, José Manuel Pérez-Vega, la firma del convenio colectivo suscrito por la atunera vasca Albacora -que enrola a marineros gallegos- y la organización sindical internacional ITF (International Transport Workers Federation). El documento, que se selló en la sede madrileña de UGT -afiliado a ITF y negociador del convenio-, supone un hito para el sector pesquero, ya que es el primer acuerdo de alcance global, pues garantiza unas condiciones laborales «dignas» para los tripulantes extracomunitarios embarcados en los buques de la firma, en total 700 trabajadores en 17 embarcaciones, sin distinción de bandera. «Tenemos que hablar de la pesca de forma global, de pesca responsable y sostenible. Y las condiciones laborales tienen que ser las mismas para todos los trabajadores, sean de aquí o de Sierra Leona», subrayó Pérez-Vega.
Desde la ITF, tanto el jefe de Operaciones Marítimas, John Canias, como Luz Baz, inspectora de la federación en España, calificaron de «momento simbólico y único» la firma del convenio, que se gestó a raíz de un problema concreto de un marinero keniano a bordo de un buque y acabó cristalizando en la asunción de un marco estable de relaciones laborales, como señaló Borja Alonso, director de asesoría jurídica y sostenibilidad de la armadora.
«En Albacora estamos convencidos de que el valor de la compañía son nuestros trabajadores y queremos tener a los mejores profesionales en el mar. Y esto, en un ámbito tan competitivo como la pesca del atún, no es virtud, es necesidad», insistió Alonso. Como ejemplo de que su objetivo es «atraer y retener el talento», el responsable de recursos humanos -también presente, junto al director general de la compañía, Gorka Aspuru- argumentó que la antigüedad media de los trabajadores de Albacora es de 8 años. Tanto ITF como UGT se mostraron confiados en que otras compañías como Pescanova o Calvo sigan el ejemplo de la vasca y suscriban convenios que garanticen las condiciones laborales de sus tripulaciones, poniendo coto a prácticas que rayan la esclavitud y que «violan principios y derechos» en materia social y de sostenibilidad. «En las Administraciones en general hay mucha política de sostenibilidad de los recursos, de pezqueñines, pero nada de las condiciones laborales a bordo», señaló la inspectora de ITF, Luz Baz, insistiendo en que no se podía permitir que España, siendo el país con más flota, no estuviera liderando la firma del convenio 188 de la OIT sobre el trabajo en la pesca.