El filósofo griego Protágoras defendía que «el hombre es medida de todas las cosas», sin embargo la humanidad parece obsesionada con el «aún más grande». Algunos podrán argumentar que la población sigue en continuo crecimiento y que pese a guerras, hambrunas y catástrofes ya son más de 7.000 millones las almas que habitan este planeta. La necesidad de crear construcciones cada vez mayores es indiscutible, pero no cabe duda de que desde los anales de la historia el hombre siempre ha querido dejar constancia de su presencia y huella de su transcendencia bien sea en forma de pirámides, templos o mausoleos.
Cádiz no se ha quedado al margen de esta tendencia. La Bahía se ha llenado de colosos de proporciones de infarto como el segundo puente, las Torres de la Luz, el buque ‘Allure of the Seas’ o la plataforma petrolífera que se construye en Puerto Real.
Una ciudad flotante
El crucero más grande del mundo ha llegado hace unos días a Navantia Cádiz para someterse a operaciones de mantenimiento y reparación. El ‘Allure of the Seas’, que tiene en Barcelona su puerto base realiza escalas semanales en Palma de Mallorca y esporádicamente en Málaga. Sus cifras son apabullantes pues sus 362 metros de eslora superan largamente la altura de la Torre Eiffel francesa y hacen que monumentos tan consolidados como el Big Ben londinense dejen de considerarse tan grandes. Además este inmenso buque tiene capacidad para acoger a toda la población de localidades como Alcalá de los Gazules o Algodonales pues tiene capacidad para 6.318 pasajeros. Si a estos datos sumamos 16 cubiertas de pasajeros, 24 ascensores, comedores, salas de cine, piscinas, teatros e incluso jardines y tirolinas se puede asegurar que estamos ante una auténtica ciudad flotante.
