Ambos habían vivido experiencias decepcionantes en regatas de vuelta al mundo, por eso estos segundos después del pistoletazo de llegada significaban muchísimo. Stamm fue descalificado de la pasada Vendée Globe por recibir sin querer asistencia externa y todavía espera poder finalizar la regata cumbre de la vela oceánica en solitario. Le Cam tuvo que abandonar en una ocasión la Vendée Globe en 2008, cuando su barco volcó frente a Ciudad del Cabo, y también tuvo que retirarse de la última edición de la Barcelona World Race cuando perdió el mástil del IMOCA 60 que copatroneaba con Bruno García, justo al Norte de Cabo Verde. Así pues, este triunfo conjunto ha sido tanto una catarsis como una celebración.
Una victoria, una referencia
Bernard Stamm y Jean Le Cam han ganado la Barcelona World Race 2014-15 al cruzar la línea de llegada a las 18:50:25 de ayer, hora local. Han establecido así un nuevo tiempo de referencia para la vuelta al mundo a dos: 84 días, 5 horas, 50 minutos y 25 segundos.
El CHEMINÉES POUJOULAT recibió una calurosa bienvenida en Barcelona, pese a que las condiciones meteorológicas no se prestaban a ello. A su llegada al Portal de la Pau, y bajo la mirada de la estatua de Colón, los skippers fueron homenajeados en una sobria ceremonia durante la cual, respetando el luto por las víctimas del desgraciado accidente aéreo de los Alpes, se guardó un minuto de silencio. La ceremonia estuvo presidida por Maite Fandos, teniente de alcalde de calidad de vida, igualdad y deportes del ayuntamiento de Barcelona, que felicitó a Stamm y Le Cam y a todo su equipo técnico por su gesta. Junto a Fandos, acompañaban a los ganadores en el escenario Xavier Torres, presidente de la Federació Catalana de Vela; Àngels Esteller, concejal del Partido Popular en el ayuntamiento; Joan Colldecarrera, adjunto a la presidencia del puerto de Barcelona, y Peter Bayer, director ejecutivo del campeonato del mundo IMOCA Ocean Masters.
Tras la ceremonia pública al aire libre, los skippers ofrecieron una rueda de prensa en el set de televisión de la Barcelona World Race, en el mismo Portal de la Pau.
Cansados, pero felices y con ganas de hablar
Justo tras cruzar la línea de meta, los skippers mostraban su satisfacción por la victoria. Stamm declaraba que “estamos contentos, porque es la victoria al final de la regata y porque ha sido una aventura bonita. Me siento satisfecho. Hemos funcionado bien, hemos superado todos los problemas técnicos, podemos decir que hemos tenido bastantes”.
Por su parte, Le Cam señaló que “cuando uno gana, no puede estar más que contento. Hemos salido de Barcelona, hemos dado la vuelta al mundo y hemos vuelto a Barcelona, es tan simple como esto. Pero es verdad que hemos tenido problemas, creo que en solitario no podríamos haber acabado esta regata. Por suerte Bernard sabe subir a lo alto del mástil… A dos, si consigues conectar y compartir de verdad, es realmente una experiencia muy rica”.
Los navegantes se mostraron visiblemente contentos a su llegada al pantalán, durante la ceremonia de bienvenida y durante la posterior conferencia de prensa, aunque también cansados y muy delgados, especialmente Bernard Stamm.
Preguntados por cuándo estuvieron seguros de que iban a ganar la vuelta al mundo a dos, a pesar de su ventaja de unas mil millas Stamm respondía: “Cuando hemos cruzado la línea de meta. En ese momento”.
Jean Le Cam reconoció que la experiencia fallida de la anterior Barcelona World Race, cuando se tuvo que retirar en Cabo Verde, ha pesado: “siempre me ha preocupado el mástil. Todo el tiempo. Está allí siempre contigo. Es la parte más visible que puedes ver. Y cuando te ha pasado una vez, lo tienes siempre en mente”.
Los dos navegantes recordaron que han tenido muchos problemas técnicos. Por ejemplo, han hecho medio vuelta al mundo sin información de viento. “Pusimos una veleta improvisada en un pequeño soporte en la popa –relataba Le Cam-, que íbamos cambiando con cada cambio de amura. Finalmente conseguimos subir una al tope del mástil, con un cable por fuera de arriba abajo”.
“Cuando hemos encontrado soluciones a estos problemas juntos, han sido momentos de felicidad. Y no podemos olvidar que hemos tenido un Sur con mucho viento”, comentó el francés sobre los mejores momentos de su vuelta al mundo.
“En general nos hemos llevado bien. Nos hemos concentrado en hacer que el barco fuera bien y rápido. Como es un barco difícil de llevar, básicamente no hemos tenido tiempo para hacer otra cosa que trabajar en el barco, no ha habido tiempo para discusiones”, admitía Stamm.
Le Cam se sinceró: “es como en una pareja, en que cada uno tiene que llevar su cruz; la vida nunca es siempre de color de rosa en una pareja… nos hemos aguantado mutuamente y hemos ido empujando”.
“Cuando somos dos tienes que ser forzosamente distinto. Nos hemos repartido las tareas a bordo más bien por reflejo, yo estaba más en el ordenador y Jean se ocupaba de los reglajes en cubierta”, explicaba el patrón suizo.
Preguntado por cómo se sentían físicamente, Stamm reconocía estar cansado: “siento que he perdido mucha forma física, especialmente durante el último tramo del Atlántico. Sólo podía moverme para trimar alguna vela, para cazar unos centímetros. Las maniobras eran muy duras”.