Estos cuatro submarinos fueron comprados de segunda mano a Reino Unido en 1998 por 896 millones de dólares canadienses (640 millones de euros), ha recordado la cadena de radio y televisión pública local Canadian Broadcasting Corporation (CBC). Pero según muchos expertos el país se ha gastado al menos el doble de esa cantidad para lograr mantenerlos y actualizarlos a los estándares modernos.
Estos trabajos más el incendio que sufrió el HMCS Chicoutimi en 2004, en el que murió una persona, y el accidente que sufrió el HMCS Corner Brook al golpear el fondo marino en 2012, han impedido en todo este tiempo a la Armada canadiense poder disponer de tres de las naves a la vez, el número mínimo necesario para contar con una flota operativa.
Cada submarino canadiense se encuentra generalmente en servicio durante un ciclo de seis años, tras el cual pasa un periodo de dos años de mantenimiento en profundidad, una especie de gran carena.
Las Fuerzas Armadas canadienses emplean estos buques, capaces de operar en cualquier condición meteorológica durante 45 días seguidos, en patrullas de pesca, vigilancia costera, apoyo a las fuerzas del orden en el mar, mantenimiento de las habilidades de la flota, salvaguarda de compromisos bilaterales de defensa con socios continentales, ejercicios multinacionales y disuasión frente a terroristas, contrabandistas y contaminadores del medioambiente.
Más de 1.000 millones para dar apoyo en servicio
En 2008 Canadá aprobó un gasto máximo de 1.500 millones de dólares canadienses (más de 1.000 millones de euros) para dar apoyo en servicio a los submarinos de la clase Victoria durante un periodo máximo de quince años. El contrato fue ganado por Badcock Canada Inc., conocida entonces como Canadian Submarine Management Group. En 2013 se ejerció la primera opción de prórroga por cinco años del contrato de soporte de mantenimiento por una cantidad de 531 millones de dólares (cerca de 380 millones de euros).
Los submarinos de la clase Victoria fueron fabricados para la Real Marina Británica como clase Upholder. En 1994, cuando apenas habían pasado tres años desde que la primera unidad fueentregada, Reino Unido decidió ponerlos a la venta. Cuatro años después fueron adquiridos por Canadá.
Cada uno de estos buques de propulsión diesel-eléctrica mide algo más de 70 metros de eslora, desplaza 2.455 toneladas y es capaz de alcanzar una velocidad en superficie de doce nudos y de más de veinte nudos cuando se desplaza sumergido. Las naves cuentan con seis tubos lanzatorpedos de 533 milímetros.