La empresa malagueña, con 30 años de historia, que posee otro astillero en Algeciras, presume de atraer hasta sus instalaciones a gran parte del tráfico marítimo del Mediterráneo, gracias a la privilegiada situación del puerto malagueño, a una política de precios «competitiva» y al hecho de que las buenas temperaturas de Málaga faciliten la pintura de los buques durante casi todo el año, como explica su presidente, Mario López.
A lo largo del 2014 por el actual dique flotante han pasado 16 barcos y otros 34 lo han hecho en los muelles portuarios, el dique de Levante o la Terminal de Contenedores. El astillero está especializado en barcos de «alta tecnología», como son gaseros, petroleros, portacontenedores o asfalteros. En la actualidad trabaja en la reparación de las piezas de motor de un barco con 20.000 caballos de potencia y entre sus clientes fieles está una de las mayores compañías de transporte marítimo, la danesa Maersk.
La Autoridad Portuaria de Málaga asegura que la actividad del astillero «contribuye a la riqueza del puerto y la ciudad» por la creación de empleo y la dinamización de otros sectores relacionados con el puerto como consignatarios o la hostelería. El pasado año el astillero incrementó su plantilla de 70 a 120 trabajadores y confía en aumentar en otras 100 personas con la llegada del nuevo dique flotante.