ABC. En los últimos dos meses las noticias alentadoras sobre la industria naval andaluza han vuelto al primer plano. Ayudan a superar el shock que supuso el cierre del Astillero de Sevilla un aciago 31 de diciembre de 2011. Fue el colofón de sucesivas reconversiones y privatizaciones fracasadas en el sector público regional de construcción de barcos, que desde los años de máximo esplendor de mitad del siglo pasado, no ha parado de perder peso.

Sin embargo, el núcleo que permanece entre Cádiz, Puerto Real y San Fernando dentro de la órbita de Navantia, la nueva marca naval del Estado, está volviendo a sacar la cabeza. La buena racha la confirma el director del astillero Navantia Bahía de Cádiz, Pablo López: «2015 va a ser un año de destacada actividad para Navantia, sus trabajadores y las empresas del sector naval», declara a ABC.

 

Navantia ha empezado el año con el arranque de la fabricación del Buque de Acción Marítima (BAM), un encargo del Gobierno para la Armada española. «Este barco militar supondrá una importante carga de trabajo para la plantilla del astillero y las empresas del sector», subraya.

 

Por otro lado, Navantia Cádiz también ha comenzado la construcción de la subestación eléctrica del parque eólico marino Wikinger que Iberdrola va a instalar en aguas alemanas del mar Báltico. «Se trata de una inversión de 70 millones de euros que supondrá unas 600.000 horas de trabajo y unos 250 empleados de media, con picos de hasta 500», recuerda Pablo López.

 

Mercado de cruceros

A ello se añade la nueva carga de trabajo vía contratos de reparaciones y mantenimiento. El director de la factoría hace una mención especial del mercado de cruceros y del proyecto de la US Navy que Navantia está desarrollando en Rota. «Con ello estamos logrando un amplio reconocimiento de un cliente tan importante», recalca.

 

Y junto al resurgimiento de la industria naval pública en Cádiz, una firma privada del sector, Cernaval, también apuesta por esta provincia con un nuevo proyecto en la Bahía de Algeciras, que ha sido presentado esta misma semana. Detrás está el empresario malagueño Mario López, que prevé invertir 80 millones en un nuevo dique seco que se construiría junto al que Cernaval tiene ya en San Roque. La idea es ampliar la actividad con centro de reparaciones para los buques más grandes del mundo. Según el promotor, su puesta en funcionamiento supondría la creación de mil empleos de alta cualificación, además de los que se necesiten para las obras.

 

Otra pata del naval gaditano —de alto rendimiento tecnológico— es la factoría de Dragados Offshore, en el Bajo de La Cabezuela, junto al astillero de Puerto Real. La empresa del Grupo ACS ha tenido una intensa actividad en los últimos meses para cumplir la construcción de las dos plataformas petrolíferas que se adjudicó el año pasado para la noruega Statoil y Shell. Ahora, el departamento comercial tiene abiertos varios frentes en Brasil y Mar del Norte para recargar la cartera de pedidos.

 

El empuje gallego

También el Astillero sevillano ha estrenado el año con buen pie. El 11 de enero arribó al puerto fluvial hispalense el «Río Chara», el primer barco que será reparado tras la reapertura de las instalaciones. Un empresario gallego, Urbano Alonso, es el inversor que ha acondicionado el dique seco para arrancar con reparaciones, aunque proyecta trabajos de nueva construcción en los Astilleros Guadalquivir, como ahora se llama la factoría hispalense.

 

Alonso también ha sido el «salvador» de la factoría onubense. Su filial Astilleros Contsa Huelva también anunció en noviembre pasado un contrato de construcción de siete barcos sardineros para armadores argelinos. En ese momento la empresa estimó que el astillero podrá duplicar con este pedido su facturación actual de 7,5 millones y reforzar su plantilla con 200 trabajadores.

 

¿Volverán las botaduras de barcos nuevos al astillero sevillano? El tiempo lo dirá. Fernando Yllescas, ingeniero naval y presidente deASIAN (Asociación Superior de Ingenieros de Andalucía), recuerda la «tragedia» del cierre del histórico astillero hispalense y subraya que sea un grupo empresarial gallego el que vuelva a sacarlo a flote. «Los gallegos en el naval son ejemplares. La Administración gallega siempre ha apoyado a esta industria de forma admirable», afirma.

 

Yllescas lamenta que Andalucía, que es la comunidad con más costa, no sea la potencia marítima que le correspondería ser. Cree que ahora la Junta de Andalucía, con su impulso al Clúster Marítimo, empieza a involucrase en un sector al que ha históricamente «ha dado la espalda por considerarlo de dominio estatal».

 

Un Clúster de triple hélice

Más de 40 empresas se han agrupado en el Clúster Marítimo Marino de Andalucía (CMMA), que ha visto la luz tras dos años de trabajo. Son firmas de subsectores diversos: pesca, acuicultura, construcción naval, náutica de recreo, investigación marítima y formación, actividades portuarias, industrias auxiliares y de extracción o arqueología y geología submarina. Su objetivo, señala el presidente del Clúster, Javier Noriega, es subirse al barco que ha puesto en movimiento la UE para estimular el «crecimiento azul» (blue growth) o la economía marítima.

El modelo elegido es el de «triple hélice», ya que está propulsado por un trío: las empresas, la Administración y la Universidad.

 

http://sevilla.abc.es/economia/20150118/sevi-industria-naval-andaluza-201501172018.html

 

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