Pons aseguró que este primer proyecto ya está en poder de las instituciones insulares y animó a organismos y particulares a hacer sus aportaciones durante el primer trimestre de 2015 para que sean incorporadas en la medida de lo posible. Aunque el de la nueva estación es un proyecto en fase muy embrionaria, el responsable de la APB adelantó que su presupuesto podría alcanzar «los seis o siete millones de euros, sin el paseo», en relación a la segunda fase de la reordenación del puerto. El trazado del paseo, que deberá dar continuidad al modelo que se implante en la fachada marítima ahora en obras, está pendiente de la próxima licitación del concurso para la marina que se construirá en el espacio que ocupa la actual estación de Formentera, donde amarrarán barcos de diversas esloras. Del resultado de ese concurso dependerá también el diseño del paseo, aunque Pons consideró más probable que este pase por detrás de la nueva estación.
Entre lo público y lo privado
No pudo precisar tampoco si la construcción y gestión de este nuevo espacio tendrán carácter público o privado. «Si lo hace una empresa privada el contribuyente se ahorra un dinero, pero si lo hacemos nosotros quizás aseguremos mejor la exquisitez de la competencia [que habrá entre las distintas navieras que convivirán en la estación]», argumentó, para luego afirmar que escuchará a todos los agentes antes de tomar una decisión. El proyecto incluye un muelle central con capacidad para cinco embarcaciones de entre 40 y 122 metros de eslora. En este lugar habría, según el proyecto, espacio para un pequeño barco solar que funcionará como taxi y transportará los pasajeros llegados de Formentera hasta Vila. Cabe incluso la posibilidad de que esta embarcación una los muelles de Poniente con el Martillo, devolviendo a la Marina un buen número de visitantes como reclamaban los comerciantes. Además, se construirán dos nuevos pantalanes con capacidad para otros cinco barcos.
La estación tendrá como elemento unificador una gran pérgola de 4,5 metros de altura bajo la cual está previsto construir habitáculos acristalados de usos comerciales. Pons explico que pretende que la estación tenga todo lo que puede tener un aeropuerto: desde una cafetería a una farmacia pasando por una oficina de alquiler de coches.
Las distintas compañías navieras compartirán taquillas y oficinas en la estación, habrá también dos parques infantiles y dos amplias zonas de estacionamiento en espera para los vehículos que vayan a embarcar.
La APB, que ha recibido ya un proyecto alternativo planteado por Baleària, presentará su iniciativa en Formentera el mes que viene. Pons aseguró que el objetivo es que los viajeros dispongan de taxi, autobús, barca taxi y todos los medios posibles para llegar a Vila desde la estación, aunque este aspecto no está aún cerrado. Las nuevas instalaciones ocuparán «entre 20.000 y 30.000 metros cuadrados», aunque no se precisó la superficie de las edificaciones, ya que dependerá de la demanda comercial.
Por otra parte, y descartado el aparcamiento subterráneo respaldado por los arquitectos, Pons reitera que «el concepto» de la reforma de la fachada marítima «es peatonal» pero habrá aparcamiento en superficie. Serán «unas 70 plazas» si se opta por aprovechar la amplitud de la avenida para habilitar estacionamientos en cordón. Si son en batería, la cifra rondará las «150 o 160 plazas». El presidente de la APB añadió que las plazas estarán «más cerca de la ciudad que del mar», a unos «10 o 15 metros» de los amarres de «los megayates».