Así quedó de manifiesto en una jornada celebrada ayer en Santiago, organizada por Sedigas, la patronal gasista española, y por la Asociación Española de Gas Natural para la Movilidad (Gasnam) en la que se abordaron las posibilidades de utilización de este combustible tanto en el transporte marítimo como terrestre. Operadores del sector, astilleros y responsables de la administración autonómica subrayaron las posibilidades de Galicia para el desarrollo de la industria del GNL marítimo, un objetivo que persigue Reganosa, la sociedad promotora de la planta de gas de la ría ferrolana, que junto a otros actores, como Navantia, el Puerto de Ferrol y la propia Xunta, impulsan transformar a Ferrol en un centro logístico de suministro.
Antoni Peris, presidente de Sedigas, ha asegurado que «en Europa, el crecimiento del sector gasista encuentra en el ámbito de la movilidad su mejor aliado» y añadió que hoy en día tanto en formato comprimido como licuado, «es una alternativa tecnológica real a otros combustibles».
Aunque la generalización del uso del GNL como combustible para los buques es un proyecto que se prevé para el medio-largo plazo, tanto el presidente como el director de Reganosa, José María Paz y Emilio Bruquetas, respectivamente, incidieron en la apuesta decidida por la transformación de la terminal para poder atender a la demanda futura. «Dado que nuestra empresa es transportista TSO (gestor de la red de transporte de gas), tenemos la obligación de promover infraestructuras y lo haremos decididamente», afirmó Paz. Bruquetas aseguró que los nuevos medios para materializar la conversión de la planta en un foco logístico irán incluidos en la planificación energética europea para el período 2015-2024, que será publicada el próximo enero.
Además, el director de la terminal subrayó que en las jornadas quedó de manifiesto que «Galicia es la comunidad que más se mueve» en este ámbito, aunque resta mucho camino por recorrer en distintos frentes, como el de la normativa, las homologaciones técnicas y los incentivos para los armadores. «Existe una voluntad clara para afrontarlo», afirmó.
Las normativas europeas que obligan a la reducción de las emisiones en el transporte marítimo ha sido la principal palanca en la que se sustenta el sector para promover el uso del GNL en los buques. Un estudio de DNV indica que, en seis años, las distintas flotas consumirán en el mundo siete millones de toneladas, 2,2 millones en Europa. Reganosa reivindica su localización -en el corredor de Finisterre- y sus instalaciones como posición estratégica para satisfacer la demanda futura.
La conversión de la planta en un centro logístico no está dirigido exclusivamente al transporte marítimo. Emilio Bruquetas recordó que la terminal ferrolana ha suministrado gas a 4.800 camiones cisterna y ha contribuido a ahorrar 56 millones de euros a empresas de la comunidad en costes de transporte.
El director de Reparaciones de Navantia Fene-Ferrol, Miguel Rodríguez Lorenzo, expuso en las jornadas los proyectos que está impulsando Navantia para la adaptación de la flota al GNL como combustible y también explicó que los astilleros de la ría ya llevan a cabo transformaciones de buques gaseros, un sector en el que está especializado.
