El presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, estuvo acompañado por el ministro de Energía británico, Ed Davey, y por Samuel Leupold, vicepresidente del socio danés de Iberdrola, Dong Energy, en la inauguración de la obra en Barrow-in-Furness, la pequeña ciudad industrial frente la que se ha instalado el parque West of Duddon Sands (WoDS). “Estoy orgulloso porque un proyecto de esta envergadura se ha hecho en el tiempo previsto, dos meses antes del plazo, y económicamente dentro del presupuesto, lo cual es un auténtico éxito, teniendo en cuenta que es el primero que hemos construido con estas características”, explicó Galán a la prensa tras el acto.
Iberdola es la primera compañía en energía eólica en el Reino Unido, donde es capaz de generar 1.800 megavatios con aerogeneradores tras la culminación del nuevo parque, que comenzó a gestarse en 2007 y ha supuesto una inversión de cerca de 2.000 millones de euros. La empresa española mantiene en Whitelee, cerca de Glasgow (Escocia), el mayor parque eólico terrestre de Europa, y planea que la nueva instalación, a 20 kilómetros de la costa, será el primero de diversos proyectos marítimos en Alemania y el Reino Unido.
Iberdrola tomó el control de la compañía Scottish Power en 2006, y desde entonces ha invertido a través de esa filial 7.000 millones de euros en el Reino Unido, sumando unos activos de cerca de 30.000 millones de euros. “Hace muchos años, cuando poca gente creía en eso de las renovables, hicimos una apuesta muy fuerte porque creíamos que el mundo podía ser mejor, las emisiones de CO2 se podían controlar y reducir y se podía producir energía de otra manera”, sostuvo Galán. “Eso nos llevó a hacer planes de inversión cuantiosísimos que se remontan a 2001 y que nos llevaron a ser los primeros del mundo en energía eólica en este momento”, afirmó el presidente de Iberdrola.
El ministro de Energía británico subrayó por su parte que el parque de West of Duddon Sands ha convertido a una población que en el pasado se vio transformada por la revolución industrial en “el corazón de una revolución verde”. “Gracias por traer energía limpia y segura, así como puestos de trabajo a esta parte de nuestro maravilloso país”, declaró Davey durante la presentación del complejo.
El nuevo parque en el mar de Irlanda cuenta con 108 aerogeneradores con capacidad para introducir en la red 3,6 megavatios cada uno de ellos, cuya entrada en funcionamiento ha requerido la instalación de más de 200 kilómetros de cable submarinos.
La construcción de este tipo de infraestructuras está íntimamente ligada a la meteorología, y fue el clima benigno del que disfrutó el norte de Inglaterra el pasado verano el que permitió superar los retrasos acumulados en la obra en meses anteriores y llegar a adelantarse al calendario previsto. “El invierno fue muy duro y estuvimos parados muchas semanas, pero en verano recuperamos todo el tiempo perdido. Llegábamos a colocar una turbina por día, cuando en principio preveíamos instalar una cada seis o siete días”, afirmó Óscar Undabarrena, responsable de Prevención y Salud del centro de control del parque.
Undabarrena se encarga de los protocolos de seguridad de un complejo donde trabajan cerca de 50 técnicos en condiciones meteorológicas que pueden llegar a ser muy adversas, con olas de hasta diez metros de altura. El nuevo parque ha dado trabajo a cerca de 3.000 personas durante su construcción y sus operaciones se controlan a tiempo real tanto desde Barrow-in-Furness como desde los centros de Iberdrola en Toledo y Glasgow.