Le sigue en el ranking Indra, que acumuló un total de 69,6 millones de euros en 38 adjudicaciones. Se da la curiosa circunstancia de que la empresa presidida por Javier Monzón tiene como máximo responsable de su filial de Defensa a Carlos Suárez, que en su día fue el número uno de la antigua EADS Casa (hoy Airbus Group) y predecesor de su actual presidente, Domingo Ureña.
Para la elaboración de este estudio sólo se han tenido en cuenta los contratos publicados a través del Boletín Oficial del Estado (BOE). Por lo que quedan fuera algunos contratos menores que no tienen la obligación de ser publicados y también los llamados Programas Especiales de Armamento (PEAs).
Mecanismo de anticipos
Estos últimos (19 en total) están financiados por un mecanismo de anticipos del Ministerio de Industria a los contratistas principales. Así, Defensa realiza pagos una vez recibe las entregas del material y las empresas, posteriormente, devuelven al Tesoro los anticipos de Industria. Entre estos programas (que no son objetivo de este estudio) se incluyen contratos tan conocidos como el caza Eurofighter, el helicóptero Tigre y el avión de transporte militar A400M, entre otros.
En este caso, tanto el grupo Airbus como Navantia serían los que acapararían la mayor parte del negocio, aunque esa valoración no es fruto del estudio de IDS.
El mismo informe también analiza las adquisiciones del Ministerio de Defensa por sectores. Electrónica e Informática es la actividad estrella, también con un tercio del total de los contratos: 131,8 millones de euros.
Proceso de adjudicación
El informe de IDS, titulado Mapa de la contratación del Ministerio de Defensa durante 2013, también llama la atención del procedimiento de adjudicación de estos contratos. Buena parte de estos acuerdos quedan fuera de los principios de publicidad y concurrencia que obliga la Ley de Contratos del Sector Público por uno de estos dos motivos: reducida cuantía de los contratos (no sobrepasan los 200.000 euros) o las “especiales características del mercado en el que se enmarcan”.
A tenor de la cuantía media de los contratos negociados sin publicidad, no es el motivo el precio, ya que sobrepasan en cinco veces el importe antes referido. Por tanto, la justificación del Ministerio de Defensa para no realizar concursos con concurrencia en estos contratos es “la falta de un número suficiente de empresas capaces de satisfacer la demanda de Defensa”, añade el informe. Ello suele ocurrir en los sectores más avanzados tecnológicamente en el negocio de Defensa, como es el caso de Electrónica e Informática, Aeronáutica, Naval y Espacial.
Por el contrario, los contratos menos complejos, relacionados con la actividad auxiliar, materias primas o vehículos terrestres sí que ponen en marcha procedimientos abiertos para que varias empresas concursen.
En este grupo destaca la tercera empresa que más facturó a Defensa en 2013: 20,5 millones. Se trata de una UTE formada por Ucalsa y Paredes y Compañía que suministró víveres para la Armada.
