Pero los colectivos mexicanos más reivindicativos no están satisfechos con su cuota de participación en la renovación de la flota de la petrolera, y apelan al Gobierno para que frene la contratación de más buques en España.
El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Naval (Sinatin), Juan José Domínguez García, ya se ha adelantado a pedir al Congreso de la Unión que intervenga para favorecer la construcción de más buques en México. «Ahí está el millonario contrato que el sector mantiene en pugna con astilleros de España, que ya se quedaron con los contratos de los buques petroleros más grandes (en referencia a los floteles)» denunció. El líder del Sinatin reivindicó la capacidad del sector local para hacer mayores embarcaciones. «Desafortunadamente, las mayores construcciones de Pemex se la están dando a España, nosotros seguimos insistiendo en que nos tomen en cuenta», afirmó el sindicalista, que ha instado a diputados y senadores que legislen «para que sea una obligación construir en el país las flotas de embarcaciones que tiene Pemex», afirmó.
Cautela obligada
No reparó el agente social en que la petrolera cuenta con un astillero en España, Hijos de J. Barreras, que en estos momentos trabaja uno de los floteles gemelos. La otra unidad la desarrolla el astillero público Navantia en Ferrol, mientras que Armón Vigo, la filial gallega del grupo asturiano Armón, diseña y dirige la construcción de 16 remolcadores en los astilleros mexicanos.
El malestar que genera en México la adjudicación de pedidos a España, además del control impuesto por la comisión de investigación antifraude, explica en buena medida la cautela con la que Pemex está actuando en los últimos meses, después de que, en diciembre del 2013, anunciara la asignación de 5 buques a Barreras. De ese compromiso, de momento, Pemex solo ha cumplido el flotel, mientras tres buques tanqueros, incluidos inicialmente en el lote, serán adjudicados entre más postores que el astillero vigués. La quinta unidad, un atunero para un armador mexicano, sigue retrasándose.
A pesar de estas demoras, y de la necesidad de tener que pasar una licitación abierta para conseguir la carga de trabajo que ya se daba por segura, la plantilla de Hijos de J. Barreras se manifiesta tranquila. «Tenemos pleno empleo y carga de trabajo para dos años. Aunque hay ciertos retrasos, confiamos en que entrarán más pedidos», afirmó ayer el presidente del comité de empresa, Sergio Gálvez.
