García Costas quiso dejar claro que la marcha del flotel sigue su curso sin contratiempos. “La planificación del flotel está al día”, afirmó. Pero no ocurre lo mismo con el resto de buques a los que Barreras aspira y que por ahora siguen en el aire. Además del flotel, Barreras tiene firmado (a la espera de entrar en vigor) el contrato de un atunero para la armadora azteca Procesa (de Chiapas), y una carta de intenciones para la construcción de un buque de apoyo a plataformas petrolíferas (platform supply vessel) con la mexicana Diavaz y la holandesa Oceanteam. Tampoco está totalmente cerrado el pedido de tres buque tanques para la propia Pemex. Al margen de estos buques, Barreras opta a la construcción de dos buques excitadores (de reactivación de pozos petrolíferos) para un armador que trabaja para Pemex y participa en dos concursos internacionales para construcción de tres ferries que están registrando sendos retrasos con la portuguesa Atlanticoline y la argelina Algerie Ferries, como avanzó este periódico.
Con independencia de estas ofertas, el propio García Costas había anunciado a mediados de abril, antes de la celebración de Navalia, que en pocos meses se cerraría el mayor contrato de la historia, un pedido “muy fuerte” y “superior” a todo lo conocido hasta el momento, que garantizaría carga de trabajo para “cuatro o cinco años”, sin llegar a concretar de qué se trataba. Barreras está participada al 51% por Petróleos Mexicanos (Pemex) y se encuentra fuera del proceso concursal desde hace meses.