Este estudio está enmarcado dentro de las actividades desarrolladas por el proyecto MED ‘GREENBERTH’, cofinanciado por los fondos FEDER para el desarrollo regional de la Comunidad Europea. En ella han participado, por parte de la Universidad de Cádiz, los investigadores Juan Moreno y Vanesa Durán, y por el Instituto de Ciencias Marinas de la Andalucía, los científicos Julián Blasco y Miriam Hampel.
Los científicos señalan una serie de medidas y recomendaciones para disminuir las emisiones contaminantes de los barcos
“Este artículo constituye una primera aproximación a la necesidad de resolver las cuestiones ambientales planteadas en el ámbito de la eficiencia energética y la sostenibilidad, dentro de los objetivos que marca el programa de investigación Horizonte 2020 de la Unión Europea”, señala a la Fundación Descubre Juan Moreno.
Los científicos señalan una serie de medidas y recomendaciones para disminuir las emisiones contaminantes de los barcos. Para su desarrollo se han basado en el análisis de datos obtenidos en proyectos de investigación previos, financiados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Como dato fundamental, del estudio se desprende la necesidad de cotejar mejor los factores teóricos de emisión de contaminantes procedentes de los barcos, con los factores prácticos, que se derivan de un uso continuado de los motores. Cada contaminante tiene un factor de emisión, expresado bien en gramos por cada kilovatio y hora desarrollado por el motor en cuestión, o bien en kilogramos por cada tonelada de combustible consumido.
Factores teóricos y medidas in situ
Los factores de emisión teóricos empleados en normativas de ámbito mundial se obtuvieron en su momento tras realizar una serie de pruebas a motores de barcos, tanto en navegación como en bancos de pruebas.
Cuando se aplican estos factores a cualquier estudio, se adoptan los valores medios obtenidos en aquella ocasión. Para obtenerlos, las pruebas se realizaron en unas condiciones determinadas de carga, que varían en función de las necesidades de velocidad del buque.
Además, el estado de los motores, tanto de propulsión como auxiliares, depende de su estado de conservación y esto debe tenerse en cuenta a la hora de evaluar dichos factores de emisión, según comentan los investigadores gaditanos.
“Las emisiones de los buques se depositan sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos, lo que contribuye a la acidificación de los océanos”
“Ésta es una de las denominadas incertidumbres, que serían las diferencias existentes entre los factores teóricos y los factores obtenidos tras hacer pruebas reales actualizadas, tanto en motores propulsores como auxiliares, mediante equipos embarcados. Es una forma de comprobar el valor de los factores reales y refleja también cómo el estado funcional de los motores tiene una influencia directa en dichos valores de los factores de emisión, sobre todo en los óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO) y dióxido de carbono (CO2)”, explica el profesor Moreno.
Los investigadores han comparado los resultados teóricos con los prácticos en pruebas realizadas por ellos y han obtenido una desviación total del 16% como media de todos los contaminantes, diferencia que es más pronunciada en los óxidos de nitrógeno.
Según indican, los factores de emisión deberían tener un mayor grado de incertidumbre, porque existen diferencias importantes cuando se emplean factores teóricos a cuando las medidas son realizadas in situ, sobre todo cuando se habla de compuestos como óxidos de nitrógeno (NOx) y monóxido de carbono (CO).
Contaminación por transporte marítimo
La Agencia de Medio Ambiente Europea establece que la contaminación atmosférica es un problema que ocurre a diferentes escalas territoriales y que puede afectar a la salud humana y a la de los ecosistemas.
“Los barcos en navegación oceánica emiten gases en zonas amplias cuando navegan en mar abierto”
“Los barcos en navegación oceánica emiten gases en zonas amplias cuando navegan en mar abierto, en función de los vientos predominantes y otras condiciones meteorológicas, que pueden ser transportados a cientos e incluso miles de kilómetros, pudiendo depositarse finalmente en tierra”, explican los investigadores.
En general, según los científicos, los motores o plantas energéticas marinas emiten una gran cantidad de gases, tanto contaminantes (NOx, SOx y PM) como de efecto invernadero (CO2), cuyas concentraciones a ciertos niveles producen impacto en el aire y contribuyen a la deposición de nitrógeno, azufre y material particulado en muchas áreas a lo largo de las costas.
El carácter innovador de esta línea de investigación se encuentra principalmente en que pone de manifiesto la influencia que los gases contaminantes (no los de efecto invernadero, como CO2) procedentes del transporte marítimo ejercen sobre el ecosistema marino.
Acificación del océano
“Las emisiones de los buques se depositan sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos, lo que contribuye a los problemas de acidificación de los océanos y también tienen efecto sobre los habitantes de ciudades cercanas a las costas, incrementando la incidencia de las enfermedades respiratorias”, informan los investigadores.
La influencia sobre la salud humana ya ha sido abordada por diferentes grupos de investigación y existen publicaciones significativas sobre el tema (Corbett et al., Environmental Science and Technology, 2007). “Sin embargo, los efectos sobre el ecosistema marino aún no han sido estudiados de manera suficiente y la necesidad de realizar una evaluación integrada sobre el riesgo para los ecosistemas marinos es lo que se ponemos de manifiesto en este artículo”, explican los científicos.