El Centro Tecnológico del Mar, ubicado en Vigo, dedica programas a la recogida de aparejos y otros materiales de pesca que se pierden o abandonan
FARO DE VIGO, 24 Feb. (Vigo).- El abandono de todo tipo de aparejos de pesca, al igual que su pérdida o su descarte, son un elemento muy negativo tanto para la navegación, pues que supone un peligro para las propias embarcaciones, como para la actividad pesquera, puesto que una vez sumergidas siguen ejerciendo su función y “siguen pescando por su cuenta”. Por ello, desde el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar), ubicado en Vigo, se llevan a cabo diferentes programas y proyectos de recogida de estos materiales y otras basuras que llegan al medio marino, ya que suponen un riesgo y obstáculo, en muchos casos, para las faenas de pesca.
Uno de ellos, y que todavía sigue vigente, es el llamado proyecto “Pesca Sustentable en Caladoiros Limpos”, Pescal. Con la colaboración de la Organización Nacional de Asociaciones Pesqueras (ONAPE), este proyecto se fijó como objetivos en el 2012 la recogida de residuos y de artes de pesca fuera de uso que se encuentran en el mar y en los fondos marinos (como tarea a desarrollar mientras faena la flota pesquera); la puesta en práctica de una serie de campañas de limpieza de fondos marinos en zonas marítimas costeras delimitadas en las que se haya detectado la acumulación de considerables cantidades de residuos, y el ensayo de una experiencia piloto de estudio sobre la denominada “pesca fantasma”.
El proyecto Pescal recogió a lo largo del 2013 un total de 6,5 toneladas de residuos y restos de aparejos, correspondiendo la mayoría a la colaboración de flota participante de los puertos de Marín y Vigo, según indica el Cetmar.
De esta cantidad, unos 1.855 kilogramos aproximadamente se corresponden con restos de aparejos (redes, nasas, cabos, malletas, elementos metálicas, etc.) y lo demás a lo que se podría denominar como “basura diversa” relacionada con la pesca, unos 4.706 kilogramos.
Programa Nada pola Borda
El Cetmar también llevó a cabo en los años 2009 y 2010 otro programa relacionado con esta materia llamado Nada pola Borda. En este caso, se trataba de un protocolo de manejo-gestión integrada de los residuos recogidos por la flota de artes menores y la flota de litoral de Galicia.
Así, las embarcaciones comprometidas con la experiencia trajeron a tierra los residuos recogidos en sus faenas ordinarias de pesca y en puerto se hizo una caracterización de los mismos y se acometió una gestión reglamentaria de los residuos.
En su edición de 2009 se trajeron a puerto 7.156 kilogramos, de los cuales el 44% pertenecía a restos de aparejos. Por su parte, en el año 2010 se recogieron un total de 26.639 kilogramos, de los que un 46% eran redes, nasas, cabos… Realizando así una labor mucho más amplia.
Resistentes
Según los cálculos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el 70% de los aparejos abandonados o perdidos acaban en el fondo del mar. En este informe, aseguran que las redes modernas pueden llegar a durar hasta 600 años en el medio marino.
Cuando se encuentran en el agua sin control continúan haciendo su función: pescar. Es la llamada “pesca fantasma”, que aunque varía según el tipo de aparejo, significa un 5% de la captura comercial mundial, lo que aporta una idea aproximada del gran impacto que supone.