24 piscinas en un búnker que las aísla del exterior y que garantiza todo el proceso reproductivo
¿Cómo han ido a ‘nacer’, tierra adentro, langostinos castellanos y leoneses de pura cepa? El noruego Bjorn Aspheim le echó el ojo a una tecnología para reproducir langostinos en cautividad que se llevaba a cabo en una granja experimental de San Antonio (Texas) y se trajo la idea a España, el mayor consumidor de este animalito comestible en toda Europa.
La estrategia era criar en piscinas, mediante inseminación, larvas de langostinos para producir un alimento fresco y de calidad, obtenido en cautividad. Aspheim -tras otear terrenos en la Comunidad de Madrid, el mayor mercado de langostinos de toda España- se hizo con 60.000 metros cuadrados en Medina, gracias, entre otras cosas, a las facilidades y al respaldo de la Junta de Castilla y León y de su Consejería de Agricultura. “Así nace Gamba Natural”, dice a El Confidencial Pepe Villarrubia, responsable de Marketing de la compañía.
Bjorn Aspheim.“Primero se llevó a cabo una fase experimental, hasta llegar a levantar después 24 piscinas en un búnker que las aísla del exterior y que garantiza todo el proceso reproductivo de nuestros langostinos en una atmósfera que no está expuesta a la contaminación y que mantiene una temperatura constante”.
Los ‘tatarabuelos’ de estos langostinos castellanos y leoneses eran larvas que viajaron desde Estados Unidos. “Ahora seleccionamos los mejores machos y las mejores hembras para que sean reproductores en unas piscinas con agua salina del Mar Rojo con un alto contenido en minerales que reconstruye su hábitat natural. Así logramos que los langostinos no se estresen y baje su calidad”, dice Villarrubia.
En las piscinas, los animales -de la especie subtropical blanco del Pacífico, alimentados con pienso biológico, harinas de calamar, mejillón, pescado…- están separados por generaciones. “Los hay que crecen más rápido, otros más lentos… Se puede decir que aumentan de peso un gramo por semana. Así hasta los 20 o 30 gramos. Es un proceso natural en el que un ingeniero bioquímico controla la calidad del agua tres veces al día”, sentencia Villarrubia.
Gamba Natural es una empresa en proceso de crecimiento. La plantilla es de ocho empleados, aunque las previsiones son que en junio, con las instalaciones en producción total, se doble. Y en el futuro se baraja la apertura de una nueva nave y más piscinas.
“Las expectativas son buenas. Somos la única empresa que puede servir langostino fresco en España. Y lo hacemos en el día y a domicilio. La pesca de langostino fresco es escasa, sólo en Vinaroz y desde algunos puertos del sur de la Península. Pero estos caladeros suministran muy pocos kilos y están expuestos a los cambios de la climatología y la salinidad, al margen de que se tratan con antibióticos para prevenir enfermedades”.
En Medina del Campo el clima exterior, el estado de la mar y la necesidad de mantener las capturas en buen estado hasta su llegada a puerto no importan lo más mínimo. “En nuestras piscinas tenemos actualmente 3.000 kilos al mes y en junio la cifra será de 8.000 kilos”, precisa el responsable de Marketing.
¿Los consumidores objetivos? Restaurantes, hoteles, catering, particulares, clubes gourmet… La mesa está servida. ¡Que aproveche!