La elaboración de una guía de consumo de pescado por parte de WWF, en la que desaconsejaba el consumo de especies como el rape o la merluza austral, despertó recientemente mucha polvareda en el sector pesquero y transformador de Galicia. La responsable de MSC en España, Laura Rodríguez, explica el trabajo de su organización y la desvincula de la elaboración del documento.

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Rodríguez Zugasti: “Lo importante es que todos trabajemos para garantizar la salud de los océanos”

LA OPINION, 30 Sep. (A Coruña).- –¿Cuál es el trabajo que desarrolla MSC?

–MSC significa Marine Stewardship Council, una organización internacional, sin ánimo de lucro, que trabaja en más de 15 países por la salud de los océanos. Nuestro fin es conservacionista. Lo que nos diferencia de otras organizaciones es que nuestra herramienta es un estándar de pesca sostenible que se puede aplicar tanto a la industria extractiva como de transformación y distribución, y tenemos una etiqueta. Es una herramienta de diagnóstico y una herramienta comercial que está al servicio del sector para que se vaya transformando hacia la sostenibilidad.

–¿Cómo se hace el trabajo de evaluación de los océanos, o de las pesquerías en particular?

–Como MSC fijamos un estándar, una referencia, un conjunto de indicadores que definen que una pesquería es sostenible. Se basan en tres principios: el estado del stock, el impacto en el medio ambiente y la gestión. En base a ese estándar se puede evaluar cualquier pesquería, artesanal, industrial de cualquier arte de pesca en cualquier lugar del mundo. Pero MSC no evalúa, sino auditores independientes.

–Hay un mensaje reiterado por parte de la pesca industrial en el que se critica que más de la mitad de las pesquerías europeas tienen un estado desconocido. ¿Hay este grado de desconocimiento?

–El conocimiento científico ha mejorado increíblemente en Europa. No es lo mismo el conocimiento del Atlántico que el del Mediterráneo, pero hoy por hoy en la mayoría de las pesquerías el conocimiento ha mejorado mucho.

–Hablemos de la guía elaborada por WWF, en la que recomienda no consumir muchas especies importantes para el sector gallego. ¿MSC cataloga una especie con un código rojo, naranja o verde en el que se recomienda o no su consumo?

–Yo quiero diferenciar el trabajo de WWF del de MSC. Nosotros tenemos muy buena relación con WWF desde siempre y es una organización que está contribuyendo a la sostenibilidad de los océanos. Pero su trabajo y el nuestro son independientes. Utiliza unas guías de consumo que ellos elaboran en base a sus criterios, algunos de MSC, pero no solamente. El resultado de su guía no tiene una relación directa con nosotros. No porque una pesquería esté certificada va a aparecer en verde, y otras que sí tienen ese color y no están certificadas.

–¿Entiende la reacción del sector?

–Creo que el sector reacciona muy a la defensiva. Desde luego el sector español ha tenido siempre internacionalmente muy mala fama. A lo que es hoy, en el sector español ha habido una evolución impresionante, puede dar en muchos casos lecciones a lo que se hace en otros países. Pero eso hay que demostrarlo, y hay que trabajar en positivo, no a la defensiva. Y creemos que MSC puede ser una herramienta muy válida, puesto que permite a la flota demostrar que cumplen ese estándar como el que más. Y hay empresas muy concretas en las que el sector español podría ser un referente en sostenibilidad como en la merluza, los túnidos, anchoas

–¿El sector no da el paso?

–Tenemos muy buena relación con las asociaciones que representan al sector, pero no es tanto que no nos apoyen, sino que hay armadores concretos o cofradías que ven la importancia y valor añadido que les puede aportar MSC y están dando pasos hacia la certificación o se están certificando ya. Vemos más interés de empresas particulares.

–¿Cómo se obtiene entonces la certificación?

–Va por diferentes etapas. Por un lado está la certificación de la pesquería, que es la parte más compleja, y es un proceso que dura un año.

–En Galicia vivimos una polémica respecto al ecoetiquetado a raíz de una moción en la UE que afectó al mejillón gallego. Para MSC imagino que es muy importante la trazabilidad.

–Sí, es un aspecto fundamental. Estamos desarrollando el poder hacer un seguimiento mucho más detallado desde el origen al consumidor. En la información en producto exigimos lo que es legal, no podemos exigir más allá. La trazabilidad cada vez será más importante, para el consumidor ahora mismo es muy relevante.

“El consumidor valora la sostenibilidad”

–¿Está receptivo el consumidor a fijarse en la ecoetiqueta?

–Este año empezamos a hacer comunicación directamente al consumidor. Nuestra primera fase de trabajo no ha sido trabajar con el consumidor sino más bien con empresas y asociaciones. Hemos hecho dos campañas, en Eroski y El Corte Inglés, con resultados muy buenos y similares.

–¿Qué conclusión han sacado a raíz de estas campañas?

– Que el consumidor no va buscando la sostenibilidad cuando van a comprar pescado, pero que cuando se le explica sí que lo valora. El precio sigue siendo fundamental, evidentemente. También hay fidelidad a unas marcas y productos sin MSC, pero su reacción ha sido muy positiva.

–¿Importa la trazabilidad incluso con la marca blanca?

–Yo creo que sí. Pero a veces el consumidor no quiere saber y le gustaría que le dijésemos que todo es local, y no es así, mucho pescado es de importación. Lo fundamental es que el consumidor tenga la información más completa sobre las características de un producto y pueda realizar las opciones más sostenibles de acuerdo a sus prioridades y valores.

–¿Tienen algún tipo de información sobre cómo trabaja la flota china?

–No, se nos pregunta muchas veces, nuestro estándar es medioambiental, no trabajamos el aspecto social. Nosotros queremos ser parte de la solución, no podemos ser la solución a todos los problemas. Lo importante es que todos trabajemos juntos para garantizar la salud de los océanos.

–¿Cómo se financia MSC?

–Tenemos dos vías de ingresos. Uno es por ayudas de fundaciones o entidades que apoyan proyectos medioambientales, y el otro es por el uso de la ecoetiqueta. No recibimos ningún ingreso por la certificación, ni por la pesquería ni por la cadena de custodia. Solamente quien ponga en su producto nuestra etiqueta nos tiene que pagar un 0,5% del precio al que venda. El pago por el uso de la ecoetiqueta solo se realiza una única vez a lo largo de toda la cadena.

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