La fuerza naval puede ofrecer respuestas rápidas en conflictos y crisis en el Mediterráneo y en el Índico
LA VOZ DE GALICIA, 05 Jun. (Ferrol).- La F-103 será la primera en asumir este rol. El día 15, con el contralmirante Eugenio Díaz del Río (Vigo, 1961) como comandante de la fuerza naval a bordo, estará ya en la base turca de Aksaz para la ceremonia oficial. Cuando acabe su tarea será sustituida por la F-101 y el operativo será culminado por la F-105, la fragata más moderna de la Marina española. Cada uno de estos buques tiene una dotación de algo más de doscientas personas, de las cuales habitualmente un 60 % son gallegos.
Antiterrorismo
¿Cuáles serán los objetivos de su tarea? Coordinar una fuerza naval multinacional que está permanentemente a disposición de la Alianza Atlántica para tareas de vigilancia, ejercicios o respuesta rápida en situaciones de crisis o conflicto. En otras palabras, es la punta de lanza que la OTAN tiene el Mediterráneo y su área de influencia en caso de que surja un escenario bélico.
De forma rutinaria, la SNMG-2 -que durante el mando español con las F-100 estará compuesta por barcos de Holanda, Alemania, Italia y Turquía- participa en la operación antiterrorista Active Endeavour, desplegada por la Alianza Atlántica a raíz de los atentados del 11-S y todavía en vigor. Patrullan el Mediterráneo y «monitorizan el tráfico marítimo para ayudar a detectar, disuadir y proteger contra actividades terroristas».
También se incluye en las tareas a realizar la participación en el dispositivo denominado Ocean Shield, la operación de la OTAN contra la piratería en el mar de Arabia, golfo de Adén y costa de Somalia.
No es la primera vez que las F-100 se integran en un operativo de estas características. De hecho, la Blas de Lezo (F-103) ya fue unidad de mando de esa misma fuerza naval, la SNMG-2, en el 2006. En el 2008 y el 2009 se incorporó a la SNMG-1, que es la otra agrupación naval permanente de la Alianza Atlántico que, en este caso, opera en aguas del Atlántico.
Multipropósito
Estas fragatas son buques multipropósito con un alto grado de interoperabilidad con el resto de unidades de la OTAN y están especialmente diseñadas para la guerra antiaérea y, precisamente, para ejercer como buques de mando. Su sistema de combate Aegis y el radar multifunción asociado SPY 1-D les confieren capacidad de detección de todo tipo de amenazas en el entorno de aguas litorales, así como la potencia de fuego para combatirlas.