El puerto de Marín registró en la mañana de ayer una actividad frenética. El motivo de tanta agitación era la llegada de los barcos cefalopoderos expulsados de Mauritania tras la firma del nuevo convenio de
El paro de los barcos provocará la desaparición de cien puestos de trabajo directos
FARO DE VIGO, 09 Ago. (Marín).- Doce buques, con una tripulación global de un centenar de marineros, arribaron al puerto durante la madrugada del martes. Durante la descarga era visible en sus rostros la desolación por la más que posible pérdida de sus puestos de trabajo.
Varios trabajadores mostraron su descontento por el transcurso y el resultado de las negociaciones. Manuel Villegas, el patrón del barco "Manuel Nores", aseguró que esta situación es consecuencia de "una mala gestión de las negociaciones" en las que no se tuvo en cuenta la opinión de los marineros ni de los armadores. Ana Otero, la mujer del patrón de uno de los barcos, afirmó que "nadie de la política se puso en contra del convenio".
El patrón de costa del "Varalonga", José Manuel Gago, sostiene que "pasará lo mismo que en Marruecos, de donde nos echaron, porque la que negocia no sabe de pesca", refiriéndose a la comisaria Pesca de
Los marineros tampoco entienden las alegaciones de
Por su parte Ricardo Santomé, un empleado del Puerto de Marín, asegura que "los españoles respetan todas las leyes, sin embargo, nos echan a la calle". Manuel Patiño, el cocinero del "Varalonga", defendió la labor ecológica de los barcos, "el arrastre no daña nada, los españoles cumplimos las leyes, mientras que otros no."
La incertidumbre sobre su futuro es el motivo por el cual los tripulantes estaban visiblemente desanimados. "Creíamos que la marea iba a ser de seis meses y después de un mes ya estamos aquí", lamentó el patrón del Manuel Nores.
La hermana de uno de los marineros se preocupaba por la situación de las familias. "Mucha gente se va a la calle, además recortan el paro. Muchas familias no tienen que comer, ¿qué van a hacer? Saldrán a la calle a robar".
Otros empleados como Manuel Patiño esperaban "que se concediera una prórroga de tres meses" para poder planificar el futuro y evitar esta situación incierta. Mientras tanto otros, como José Ángel Rial confían en que "vendrá una ayuda de
Sin embargo, tras las lamentaciones los trabajadores de estos barcos ya están pensando en buscar soluciones y en encontrar a los culpables de esta desafortunada situación.
Tumbar el convenio
La única solución es "echar el convenio abajo", asegura el patrón Villegas. Manuel Nores también pide la modificación del tratado o "que nos den otro caladero". Ricardo Santomé pedía "que pongan el convenio como Dios manda para que los cefalopoderos sigan trabajando. Hay más caladeros en Angola o Guinea Bissau."
Para conseguir la modificación del convenio, los afectados piden ayuda a los políticos españoles y no dudan en señalar a la culpable. "La comisaria Damanaki no quiere los arrastreros" afirmó Manuel Villegas. José Manuel Gago, patrón del "Varalonga", daba un voto de confianza a los políticos españoles: "Ellos podrían solucionarlo, entienden más que los de
Algunos marineros, como Manuel Villegas, dudan de las buenas intenciones de
No obstante, por si la actuación política no llega a buen puerto, los marineros ya piensan en convocar manifestaciones. "Esperamos que se convoque una asamblea para tomar decisiones", dice José Manuel Gago. Manuel Patiño sentencia que "hay que juntarse y hacer protestas".