Un pacto de 110 millones de euros al año, para un 30% menos de buques, con unas tasas que se elevan, en algunos casos, un 300%. Este es el resultado del acuerdo que
El sector arremete contra el "protocolo más caro", que condena al amarre a 24 buques gallegos.
Los buques de pesca de crustáceos, por ejemplo, tenían un canon establecido de 291 euros anuales por GT (gross tonnage o arqueo bruto). El nuevo acuerdo eleva esta cantidad hasta los 620 euros por GT y año. Otro ejemplo significativo es el de los buques de pesca de cangrejo. Hasta la fecha el número máximo de licencias era de 300 GT, y una tasa adicional de 283 euros anuales. Ahora se queda en 200 GT y el precio sube hasta los 310 euros.
Para los arrastreros congeladores de pesca pelágica, el impuesto adicional se dispara. De acuerdo con la información de
"No podemos entender cómo el acuerdo pesquero más caro de los que mantiene
El acuerdo establece, como recogió ayer este diario, que los marineros embarcados deben ser mauritanos en su mayoría (60%), cuando antes se establecía un baremo por la capacidad de cada buque. Los trabajadores contratados deberán formar parte de una lista elaborada previamente por el departamento competente del Gobierno mauritano. Todas las descargas deberán efectuarse en el puerto de Nouadhibouy el gasóleo se comprará a una firma concesionaria mauritana.
Todos estos preceptos han precipitado la crítica unánime del sector, que tilda de "decepcionante" e "inviable" el acuerdo. También el Gobierno, que conocía desde hace dos semanas las intenciones de la comisaria Maria Damanaki de eliminar el pulpo del protocolo, se lamenta ahora del contenido del convenio. "Han ignorado las advertencias de los estados miembros y no han atendido a la defensa del interés pesquero comunitario, único pertinente a la hora de evaluar la labor de
"Estamos muertos, no tenemos salida ninguna", reconocía ayer el propietario de la pesquera Derime, Julio del Río, uno de los armadores afectados por el nuevo protocolo de pesca que firmaron el pasado jueves
El armador Manuel Nores fue tajante a la hora de valorar el nuevo pacto. "Este nuevo acuerdo es ruinoso", declaró. Nores, que cuenta con más de 60 años de experiencia en el sector, reconoce que el futuro es incierto. Cuenta con cinco barcos cefalopoderos que no podrán faenar a partir del 1 de agosto, fecha en la que entra en vigor el nuevo protocolo. "El más afectado, con mucha diferencia, soy yo", reconoció. En cuanto a las pérdidas económicas que le puede suponer, Nores no quiso dar cifras concretas, pero estimó que puede llegar a perder "la mitad de mi empresa".