El informe elaborado por el Gobierno sobre el sector no descarta erigir este tipo de instalaciones en el litoral del municipio y en ciertos puntos de la Bahía de Algeciras

El Campo de Gibraltar concentra el 20% de la potencia energética eólica de Andalucia


 


El Campo de Gibraltar concentra actualmente el 20% de toda la potencia energética eólica de Andalucía, puesto que la situación geográfica de la comarca lo convierte en un enclave ideal para este tipo de instalaciones. Las empresas del sector quieren dar ahora un paso más allá en toda España y erigir molinos de viento en las aguas del litoral nacional. De hecho, el Gobierno encargó a los Ministerios de Industria y Medio Ambiente la elaboración de un informe sobre el posible desarrollo de esta tecnología. El resultado fue el Estudio Estratégico Ambiental del litoral español para la instalación de parques eólicos marinos de 2009, en el que se analizó toda la costa comarcal y se concluyó que el litoral sanroqueño está capacitado para albergar este tipo de innovación -aunque sometida su instalación a una serie de limitaciones-.


 


Además, los técnicos del Ejecutivo tampoco descartan erigir aerogeneradores en dos puntos de la Bahía de Algeciras: en la zona de la costa algecireña pasado Getares en dirección a Tarifa; y frente a La Línea de la Concepción y Gibraltar. A pesar de ello, el intenso tráfico marítimo que transcurre por este enclave dificulta aún más la viabilidad de la colocación de dichos dispositivos.


 


Paralelamente, los técnicos encargados del estudio consultaron con la Consejería de Agricultura y Pesca al respecto de las limitaciones a tener en cuenta a la hora de instalar los parques eólicos marinos. El ente regional consideró necesario asegurar el tránsito de las especies migratorias a través del Estrecho de Gibraltar e insistió en la necesidad de poner en marcha proyectos de pequeña envergadura para hacer una evaluación real de las repercusiones que puedan ocasionar este tipo de infraestructuras en la actividad pesquera de la zona.


 


Además, Medio Ambiente subrayó que deben contemplarse como zonas de exclusión -donde no se permite la instalación de aerogeneradores marinos- los espacios naturales protegidos, ya sea a través de figuras de carácter autonómico, estatal o internacional.


 


De hecho, como medida preventiva para la protección de la biodiversidad en la comarca, los técnicos del Gobierno ampliaron la delimitación de la zona de exclusión del Estrecho en su extremo atlántico, hasta una línea imaginaria de unión entre los cabos Trafalgar y Espartel. Una decisión que se adoptó tras valorar la importancia de este enclave para las aves migratorias.


 


Por su parte, los promotores consultados por los ministerios insistieron en que la denominación de máxima protección ambiental contemplada en el estudio (“Zonas de exclusión”) sea sustituida por el de “Zona de máxima protección” o cualquier término similar. Y si esto no fuera posible se redujesen al mínimo dichas áreas, para que se instalen o no parques eólicos marinos según los estudios específicos desarrollados en cada enclave.

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